Si tienes un perro y empiezas a trabajar desde casa, uno de los desafíos que tienes es que tu amigo canino te permita mantener la concentración, que no sea una distracción. Existen lazos afectivos y es muy importante poder cumplir con las obligaciones profesionales sin que el animal esté desatendido.
Compartir el hogar con un animal hace que tengas que aprender a organizarte para pasar tiempo de calidad con él y cuidarlo, pero también marcando unos horarios para cumplir con las exigencias laborales que marca el trabajar en remoto.
Los perros, como las personas, son todos diferentes. Esta circunstancia hace que cada caso sea particular, como el tipo de tareas profesionales que tengas que realizar. El comportamiento del compañero canino definirá las medidas que deben tomarse.
Para llamar la atención puede ladrar excesivamente, ponerte las patas en el teclado, traerte algún juguete, lloriquear o morder todo lo que se le ponga por delante. Y estas situaciones suponen un problema en el flujo de trabajo, la concentración y la productividad.
No ceder a su comportamiento cuando busca atención es una de las claves para que no se vea afectado el rendimiento. Las mascotas también se aburren y necesitan entretenimiento. Son animales sociales y debes reservar parte de tu tiempo para tu amigo peludo.
Necesitan atención y cuidado, hacer ejercicio, salir a pasear, hacer sus necesidades, y socializar con otros perros y personas. Pero debes enseñarle a diferenciar cuando estás trabajando y cuando no. La interacción tiene que ser a partir que termines tus obligaciones profesionales. Esto no quita que si te viene a ver a la home office lo puedas acariciar y decirle algo.
Si tienes un cachorro deberás tener más paciencia porque por su edad es más juguetón y quiere descubrir cosas. Ten especial atención a que no mordisquee ningún cable que le pueda causar daño y tenga un entorno seguro dentro de la vivienda.
¿Cómo mantengo a mi perro tranquilo cuando trabajo desde casa?
Para evitar distracciones el objetivo que debes buscar es que esté tranquilo para poder trabajar. Tiene que aprender a tener un comportamiento adecuado para tus necesidades laborales. Si estás con el ordenador que no moleste.
Los perros son animales a los que les gustan las rutinas. Así se sienten seguros y son más pacíficos. Si empiezas a hacer teletrabajo debes implantarlas para que se acostumbren a tener unos horarios y tu mayor presencia en casa. Enséñale donde debe estar y donde no puede.
Se trata de fomentar el buen comportamiento y no esté sobreexcitado. Aprovecha los descansos que realizas durante la jornada laboral para estar con él para acariciarlo y jugar un poco. Tener a tu amigo peludo cerca de ti también te ayuda a relajarte si está tranquilo.
Cómo hacer que mi perro me deje trabajar
Trabajar desde casa con perros es posible con una buena organización y unos hábitos adecuados. Tu compañero canino deber tener todas sus necesidades cubiertas durante el día para que sea efectiva la convivencia.
En las primeras semanas de teletrabajo tendrás que incidir en su comportamiento y rutinas para conseguir que te permita realizar tus tareas laborales. Aquí tienes algunos consejos:
Salid a pasear
Trabajes o no en casa debes hacerlo. Comienza el día paseando al perro. No solo para que haga sus necesidades, sino para que haga ejercicio y socialice. Andar es una actividad que promueve la salud física y mental de los dos.
Un buen paseo por la mañana hará que tengáis interacción, se canse y sea feliz. Cuando llegue a casa querrá descansar. Durante el resto del día realiza más paseos para pasar tiempo juntos fuera del entorno del hogar para saciar la energía del animal.
Hasta te puedes llevar trabajo mientras juega en el parque o el campo. No una tarea de mucha concentración ni que requiera demasiado esfuerzo. Guárdate labores para este tiempo como responder correos, limpiar la bandeja de entrada o repasar la agenda.
Establece horarios
Es importante tener rutinas diarias cuando trabajas en casa, para no perder la concentración y que no te corten el flujo de trabajo. Estos hábitos son positivos tanto para ti como para tu mascota. Tienes que ser disciplinado para ser productivo a nivel laboral.
Para ello se necesita establecer una planificación, para tener tiempo para todo y cumplir con tu vida personal y profesional. Algunos aspectos dependerán en buena medida de la flexibilidad laboral que tengas.
Tu perro debe aprender que hay momentos para divertirse y otros para estar tranquilo. Si te mira con ganas de jugar o te espera con la pelota en la boca, no le hagas caso o volverá a repetirlo en cada ocasión. Debe saber cuándo se puede y cuando no.
Impón límites
Es fundamental poner unos límites desde el principio, que se vaya acostumbrando. Explícale que puede hacer y que no. Si puede estar a tu lado mientras trabajas o bien en otra habitación dependerá de su comportamiento.
Que sepa que si se mantiene junto a ti en la home office, cuando te encuentras sentado en la silla de oficina ante el ordenador no pude molestar ni llamar tu atención. Debe estar relajado y no interrumpir. No es el momento ni de juegos ni de llamar la atención.
Asegúrate que esté entretenido
Tu fiel compañero de cuatro patas necesita estímulos. Procura que durante la jornada esté entretenido, no se aburra y desarrolle sus sentidos. Que gaste energía para que vuestra convivencia mientras trabajas en casa sea positiva.
Para que se mantenga ocupado varias horas utiliza un Kong, juguetes para masticar de goma o cuerda, golosinas, peluches, juguetes interactivos para perros, alfombras olfativas o snacks para la higiene dental. Así podrá morder a su gusto y poner en práctica el olfato.
Estimula su cerebro
Enséñale nuevos trucos que lo estimulen mentalmente, para obtener premios y recompensas. Lo calmará junto a la combinación con el ejercicio físico. Dale productos para mordisquear, acertijos de comida, alfombras olfativas y rompecabezas que estimulen su mente y sentidos.
Son además actividades que le harán pensar y algunas las podéis compartir para que sea divertido para los dos. Así evitarás que no se vuelva un animal sedentario.
Ignóralo cuando llame tu atención
Con su comportamiento solo quiere llamar tu atención. Está acostumbrado a tenerla cuando estás en casa y si no la tiene porque realizas las tareas profesionales, ya se acostumbrará. Es solo cuestión de tiempo que suceda.
Este es uno de los mayores problemas que te encuentras en el teletrabajo con perros. Se puede poner a ladrar, aullar, lloriquear, traerte algún juguete o golpearte con el hocico, la cabeza o la pata para que veas que está allí contigo.
Se trata de ser fuerte y no ceder. Aunque te parezca duro, ignóralo para que lo entienda, porque si no continuará probándolo. Ya cambiará el comportamiento. Si le haces caso lo seguirá haciendo porque le has prestado atención.
Si no respondes a sus acciones se dará cuenta que no va a recibir tu dedicación, dejará de hacerlo y se pondrá a hacer otra cosa.
No lo regañes
Como animal social quiere estar contigo y hacer cosas conjuntas, pero debe entender que no es posible mientras trabajas desde casa. Cuando quiera que le prestes atención no lo regañes. Un grito no servirá para que deje de hacerlo. Tampoco lo castigues.
Debes ser comprensivo y explicarle la situación. Es cuestión de tiempo que se adapte a las circunstancias y que cambie su comportamiento. Intenta comprender porque tiene esa actitud para que en un futuro puedas prevenirla.
Debes mantener siempre la paciencia, porque los canes son sensibles a tus emociones. Si te mantienes tranquilo le ayudará a sentirse más calmado.
Espacio reservado
Configura un lugar donde esté cómodo para descansar y entretenerse, que le permita estar tranquilo, cómodo y duerma si desea hacerlo. También que le proporcione estímulos para jugar.
Es un espacio que puede estar en otra habitación o en la misma donde trabajas, siempre y cuando se mantenga relajado, no cause molestias y no sea un motivo de distracción para las tareas laborales.
Cuidado de otras personas
Si hay alguien más en la casa mientras trabajas, procura que esté por él durante el día. Que jueguen si esta aburrido o lo saque a pasear. Son acciones que tú puedes realizar durante los descansos o cuando hayas terminado la jornada laboral.
Vigila la comida
Si para ti no es bueno que vayas picando cosas durante todo el día con la excusa que estás en el domicilio, para tu amigo canino tampoco. No le vayas dando comida porque lo tienes allí al lado o quieres darle pequeños premios. Si no aumentará demasiado de peso.
Dosifícale como siempre la comida para que tenga una ingestión de alimentos correcta. Hay comederos automáticos para programar raciones, así no tienes que estar pendiente si supone un problema en cuanto a las interrupciones.
Atento a las ventanas
Observar aquello que ocurre a través de las ventanas es una fuente de entretenimiento para tu amigo peludo. Pero puede ser tanto un aliado para tu concentración como contraproducente.
Si mirar lo que ocurre en la calle o el campo lo tranquiliza, deja las cortinas y persianas abiertas para que esté distraído. Además prepárale un espacio junto a la ventana para que esté cómodo.
Por el contrario, si lo que hace es ladrar a todo aquello que se mueve, es más apropiado que cierres las cortinas para que no se ponga nervioso con lo que ve más allá del cristal. Si siempre ladra además de quitarte tranquilidad supondrá una molestia a los vecinos por el ruido.
Música para perros
El dicho dice que la música amansa a las fieras. La verdad es que ayuda a calmar a cualquiera. Reproducir música relajante te puede ayudar a ti a mantener la concentración, pero también a tu amigo de cuatro patas.
En YouTube puedes poner música relajante para perros. Hay muchos canales con sesiones de horas seguidas con este tipo de melodías. También los puedes encontrar en las plataformas online.
Otra alternativa es ponerle sonidos armoniosos de fondo, como los que provienen de la naturaleza. En internet encuentras fácilmente audios y videos.
Probar que funciona
Como en cualquier situación nueva, al principio será una prueba y error. Te va a tener más horas en casa y debe acostumbrarse, por lo que tienes que probar diferentes cosas para ver que es lo que mejor funciona a los dos. Debes saber manejar la situación para encontrar las mejores soluciones.
Consejos para las videollamadas
Las reuniones y comunicaciones a través de videollamadas son un elemento fundamental para el trabajo remoto. El rendimiento y la productividad dependen en buena medida del buen funcionamiento de estas conexiones. Por este motivo no puede fallar ningún elemento, ni de carácter técnico, humano o del entorno.
Tener a otras personas en casa o algún animal provoca que puedan suceder situaciones no esperadas ni queridas, como los ruidos que ocasionan o apariciones en cámara que pueden resultar embarazosas por el carácter de la reunión online que estás efectuando.
Si se pone a ladrar mientras te encuentras en medio de una conferencia resulta un problema grave porque resulta muy molesto para los participantes del encuentro virtual, ya que afecta a la comprensión de la conversación y distrae.
Si aparece frente a la cámara puede causar unas risas y que la gente sea comprensiva, o malestar por interrumpir la reunión y que se considere una actitud poco profesional por no tomar medidas para evitar estas situaciones.
Para que no se produzcan toma precauciones. Si convives con otras personas que se lo lleven a pasear cuando tengas una videollamada programada. Si no tienes esta posibilidad dale a tu mascota algún juguete para que esté entretenido durante un tiempo prolongado.
Si es posible programa las reuniones en aquellas horas en las que sabes que el animal está menos activo.
En el caso que te encuentres que no para de ladrar durante la reunión online, apaga el micrófono para no molestar al resto de participantes. La mayoría de plataformas de videoconferencias también tienen una funcionalidad que posibilita suprimir el ruido de fondo, que permite mitigar los sonidos que tienes alrededor.
¿A qué edad se tranquilizan los perros?
La edad en la que los perros se tranquilizan varía según la raza y el individuo. Sin embargo, la mayoría suelen alcanzar la madurez física y emocional entre los 2 y los 3 años.
Durante los primeros meses de vida, los cachorros son muy activos y enérgicos. Les gusta explorar y jugar, y tienen mucha curiosidad por todo lo que les rodea. Se adaptan a su nuevo hogar y descubren con la boca, por eso muerden todo lo que encuentran. Siempre tienen ganas de jugar, saltan y hacen sus necesidades en cualquier lugar.
A medida que crecen, su vitalidad puede intensificarse aún más, lo que llega a resultar agotador para sus dueños. Por eso es tan importante el proceso de socialización, la educación, y hacer que canalicen correctamente esa fuerza que tienen en su interior.
En las diferentes etapas de crecimiento se producen cambios en el comportamiento. Comienzan a calmarse y a desarrollar una personalidad más tranquila. Los perros grandes tardan más a madurar que los pequeños.
Sin embargo, hay algunos factores que pueden influir en su relajación y cambio de carácter, independientemente de la edad o raza. Estos son la actividad física, la estimulación mental, el entrenamiento y la salud.