La represente de la empresa da la mano a una trabajadora después de realizarle una contraoferta laboral

¿Deberías aceptar una contraoferta? Valora pros y contras antes de decidir

Recibir una contraoferta de tu empresa tras presentar tu renuncia puede ocasionar muchas dudas. Has encontrado una nueva oportunidad, tomaste la decisión de irte y, de repente, tu empleador te ofrece más dinero, mejores condiciones o incluso una promoción para que te quedes.

Ahora tienes ante ti un buen dilema: ¿Deberías aceptarla o seguir adelante con tu plan de cambio? A primera vista, la propuesta parece una señal de reconocimiento y una forma de obtener mejores condiciones sin asumir el riesgo de empezar en otro lugar.

Pero tienes que valorar, entre otros aspectos, si realmente resuelve los motivos por los que querías irte, te valoran en tu puesto o simplemente está actuando por conveniencia, o cómo afecta esta decisión a tu futuro profesional.

Tomar esta decisión no es fácil, y es normal sentirse inseguro. Evalúa todos los factores para tener la claridad necesaria para elegir cuál es la mejor opción para tu carrera, que realmente te beneficie a largo plazo, y eludir arrepentimientos en el futuro.

¿Por qué las empresas hacen contraofertas?

Cuando un trabajador talentoso presenta su renuncia, muchas empresas reaccionan con una contraoferta. Aunque en apariencia parece un reconocimiento a su valor, la realidad es que las organizaciones tienen otros motivos para hacerlo.

Evitar la rotación y el impacto en la productividad

Cada vez que alguien relevante en la estructura se va, la compañía afronta costes asociados con la búsqueda de un reemplazo, la capacitación de un nuevo colaborador y la posible afectación en la dinámica del equipo.

Retener a un asalariado mediante una propuesta mejorada es, en muchos casos, una solución rápida para impedir la disrupción en las operaciones.

Ahorrar tiempo y dinero en la contratación

El proceso de selección y contratación es largo y costoso. Publicar vacantes, realizar entrevistas de trabajo, evaluar candidatos y entrenar a alguien nuevo requiere inversión.

En comparación, ofrecer un aumento de sueldo o mejores beneficios a una persona que ya conoce el puesto es una solución más eficiente a corto plazo.

Impedir la pérdida de conocimientos y experiencia

Cuando un empleado con años de experiencia o conocimientos especializados se marcha, se pierde no solo una persona, sino también el conocimiento acumulado sobre procesos, clientes o estrategias internas.

En industrias donde la experiencia es difícil de reemplazar, una contraoferta busca minimizar este riesgo.

Ganar tiempo para encontrar un reemplazo

A veces, revisar las condiciones no es un esfuerzo verdadero por retener al asalariado a largo plazo, sino una estrategia para mantenerlo el tiempo suficiente hasta encontrar a otro.

En estos casos, el trabajador nota que, poco después de dar el sí, su rol empieza a cambiar o se le asignan tareas distintas.

Enviar un mensaje al resto del equipo

La renuncia de un empleado quizás influya en otros compañeros, generando dudas sobre las condiciones laborales o incentivando más salidas.

Hacer una nueva propuesta y lograr que se quede es una táctica para prevenir un efecto dominó dentro del equipo.

Ventajas de aceptar una contraoferta

Recibir y aceptar una contraoferta del lugar donde estás resuelve algunos de los motivos por las que consideraste irte.

Mejora salarial y mejores beneficios

Una de las razones más comunes para cambiar de trabajo es la búsqueda de un mejor salario. Si la empresa actual iguala o supera la oferta externa, podrías obtener la compensación que buscabas sin la necesidad de irte.

Además, el ofrecimiento puede incluir beneficios adicionales, como bonos, mayor flexibilidad laboral o más días de vacaciones.

Reconocimiento de tu valor en la empresa

El hecho de que hagan un esfuerzo por retenerte indica que eres una pieza importante dentro del equipo.

Si tu empleador está dispuesto a mejorar tus condiciones, es posible que esto también signifique nuevas oportunidades de crecimiento dentro de la organización.

Continuidad y estabilidad laboral

Aceptar el ofrecimiento significa que sigues en un entorno que ya conoces, sin la incertidumbre de adaptarte a un nuevo equipo, cultura o proceso.

Es una ventaja si valoras la estabilidad y tienes un buen balance entre vida personal y laboral en tu puesto actual.

Evitar el riesgo de un nuevo empleo desconocido

Por muy atractiva que parezca una nueva oferta laboral, siempre existe un riesgo de que el nuevo empleo no cumpla con tus expectativas.

Cambiar de empresa implica un período de adaptación, relaciones nuevas por construir y la posibilidad de que la cultura organizacional o el liderazgo no sean lo que imaginabas.

Posibles oportunidades de desarrollo interno

En algunos casos, aprovechan la situación para ofrecerte nuevas responsabilidades que impulsen tu crecimiento profesional.

Si tu objetivo es evolucionar dentro de la compañía y sientes que ahora están dispuestos a brindarte más oportunidades, acceder a la propuesta es beneficioso.

Razones para rechazar una contraoferta

Aunque recibir una contraoferta parece halagador y ofrecer beneficios inmediatos, es importante considerar los posibles riesgos antes de tomar una decisión.

En ocasiones, aceptar no resuelve los problemas de fondo y termina afectando tu crecimiento profesional. A continuación, analizamos los principales peligros de quedarte en la empresa tras recibir una propuesta de mejora.

Tu lealtad queda en entredicho

Existe la posibilidad que después de presentar tu renuncia, sufra un cambio la relación con tus jefes y compañeros. Aunque te hayan convencido de quedarte, ya saben que estuviste a punto de irte y quizás produzca desconfianza.

En muchos casos, la percepción de tu compromiso se debilita, y podrían empezar a buscar un reemplazo para ti sin que lo sepas.

Es una solución temporal para la empresa

Algunas propuestas de mejora las hacen solo para ganar tiempo mientras buscan a alguien más. Es posible que, tras dar el sí, notes que las oportunidades de crecimiento que te prometieron no se materializan o que tu carga de trabajo se incrementa sin variaciones significativas en tu rol.

Los problemas que te llevaron a buscar otro empleo persistirán

Si decidiste cambiar de empleo por razones como falta de crecimiento, problemas con la cultura organizacional, dificultades con el equilibrio entre vida personal y profesional o por un mal ambiente laboral, un aumento de sueldo no solucionará estos problemas.

Decidir quedarte solo retrasará lo inevitable: que, tarde o temprano, vuelvas a considerar una salida.

El dinero no lo es todo

Muchas veces, el motivo para cambiar de trabajo no es solo el salario. Factores como el la conciliación, la relación con los líderes, el reconocimiento dentro del equipo o la posibilidad de aprender nuevas habilidades son fundamentales para el desarrollo profesional.

Si la revisión solo incluye un aumento económico sin mejoras en otros aspectos, podrías seguir sintiéndote insatisfecho en poco tiempo.

Estadísticas en contra

Varios estudios han demostrado que entre el 50% y el 80% de las personas que acceden a quedarse terminan dejando la empresa en menos de un año.

Ocurre porque las razones subyacentes para la renuncia no se solucionan completamente, y la relación con la compañía varía de manera irreversible.

Afecta tu reputación en el mercado laboral

Si ya te habías comprometido con otra empresa y luego decides rechazarla porque decides quedarte, tienes muchas posibilidades de cerrar una puerta importante en tu carrera.

Las compañías valoran la confianza y la decisión de los candidatos, y rechazar una oferta en el último momento podría dañar tu reputación profesional en la industria.

Cómo tomar la mejor decisión

Para tomar la mejor decisión ante las dudas sobre qué hacer, es preciso analizar a fondo tu situación y considerar tanto los factores racionales como los emocionales. Valora los siguientes criterios:

Reflexiona sobre las razones que te llevaron a buscar otro trabajo

Antes de tomar una decisión, pregúntate:

  • ¿Por qué quiero irme?
  • ¿Es solo por el salario o hay otros factores como falta de crecimiento, desmotivación o mal ambiente laboral?
  • ¿La nueva propuesta soluciona esos problemas o solo los maquilla temporalmente?
  • ¿Si no hubieras recibido una oferta de trabajo, tu empresa te habría ofrecido estas mejoras?

Si la única diferencia entre tu empleo actual y la nueva oportunidad es el dinero, la contraoferta podría ser atractiva. Pero si hay problemas estructurales en la compañía que no se resolverán con un aumento de sueldo, es probable que en poco tiempo vuelvas a sentir la misma insatisfacción.

Compara la oferta externa con la contraoferta

Haz una evaluación objetiva de ambas opciones considerando aspectos como:

  • Salario y beneficios: ¿Quién te ofrece mejores condiciones económicas a largo plazo?
  • Crecimiento profesional: ¿Dónde tienes más oportunidades de aprender y avanzar en tu carrera?
  • Cultura y ambiente de trabajo: ¿Dónde te sentirás más motivado y alineado con los valores de la empresa?
  • Estabilidad y futuro: ¿Qué empresa tiene una proyección más sólida para el futuro?

Si la opción externa representa un crecimiento claro y alineado con tus objetivos profesionales, es probable que sea una mejor opción que quedarte en un sitio que solo reaccionó cuando mencionaste tu renuncia.

Evalúa la confianza en tu puesto actual

Si decides quedarte, ¿cómo te sentirás después de haber presentado tu renuncia? Considera estos puntos:

  • ¿Te sentirás valorado o pensarás que solo te ofrecieron más dinero porque no querían reemplazarte en ese momento?
  • ¿Confías en que la empresa realmente mejorará tu situación a largo plazo?
  • ¿Cómo afectará esto tu relación con tus jefes y compañeros?

Aceptar una contraoferta quizás modifique la dinámica dentro del equipo. Tu jefe puede verte como alguien que estuvo dispuesto a irse, y esto podría afectar futuras oportunidades de ascenso o desarrollo.

Piensa en el impacto en tu carrera a largo plazo

A la hora de decidir, es importante mirar más allá del presente y pensar en dónde quieres estar dentro de cinco años. Pregúntate:

  • ¿Qué opción te acerca más a tus metas profesionales?
  • ¿Dónde puedes adquirir más habilidades y experiencia?
  • ¿Cuál de las dos empresas tiene una mejor reputación y trayectoria en tu sector?

Muchas personas que deciden finalmente quedarse terminan renunciando nuevamente en poco tiempo porque se dan cuenta de que su crecimiento profesional está limitado. Si tu objetivo es avanzar en tu carrera, piensa en qué entorno te ofrecerá más posibilidades de aprendizaje y desarrollo.

No tomes una decisión solo por comodidad o miedo al cambio

Es normal sentir inseguridad al dejar un empleo en el que llevas tiempo, pero quedarse solo por esquivar la incomodidad del cambio es una mala decisión.

Si la nueva oportunidad es mejor en términos de crecimiento, estabilidad y satisfacción laboral, no dejes que el miedo te impida aprovecharla.

¿Aceptar o no?

Aceptar o rechazar una contraoferta es una decisión que marca un antes y un después en tu carrera profesional. Cada situación es diferente y es fundamental analizar cuidadosamente los pros y contras antes de decidir.

Debes reflexionar sobre las motivaciones que te llevaron a buscar otro empleo, evalúa las mejoras que te ofrecen en el actual y piensa a largo plazo. Para todo ello tómate tu tiempo para valorar y tomar una decisión.

Si las condiciones que te proponen realmente resuelven los problemas que te llevaron a valorar tu marcha, ofrece un crecimiento claro y te sientes valorado por tu empresa, podría ser una opción viable. Sin embargo, en la mayoría de los casos, quedarse solo retrasa lo inevitable.

Las estadísticas muestran que muchas personas que aceptan una contraoferta terminan renunciando dentro de los siguientes seis meses o un año porque las condiciones laborales no varían de manera sustancial.

Además, el impacto en la confianza y la percepción de tu compromiso dentro de la estructura hace que las oportunidades de crecimiento se reduzcan.

Por otro lado, cambiar de empleo es estimulante, pero también una oportunidad para avanzar en tu carrera, aprender nuevas habilidades y acceder a mejores condiciones.

Si la nueva proposición de mejora representa un crecimiento real y está alineada con tus objetivos profesionales, es probable que sea la mejor decisión a largo plazo.

Antes de decidir, hazte las siguientes preguntas:

  • ¿La propuesta soluciona realmente las razones por las que quería irme?
  • ¿Me quedaré solo por el dinero o hay oportunidades reales de crecimiento?
  • ¿Confío en que la empresa me valora y no me reemplazará en el futuro?
  • ¿Dónde veo mejores oportunidades para mi carrera a largo plazo?

Si después de este análisis sigues teniendo dudas, es una señal clara de que el cambio es lo mejor para ti. Prioriza tu crecimiento profesional y elige la opción que te acerque más a tus objetivos.

En la vida profesional, es importante no tomar decisiones basadas solo en el corto plazo. Si ya consideraste que era momento de avanzar en tu carrera, es probable que lo mejor sea seguir adelante con tu decisión.

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