¿Cuáles son tus expectativas salariales? Esta es una pregunta incómoda que te encontrarás en una entrevista de trabajo o en un formulario de solicitud de empleo. Es una cuestión que no se puede eludir y tienes que contestar de la manera adecuada.
Provoca incertidumbre . Como candidato piensas qué impresión darás a los entrevistadores con tus respuestas, con un sueldo demasiado alto o por el contrario excesivamente bajo. También meditas que es un motivo por el que te pueden descartar del proceso de selección.
Pero es una oportunidad para ponerte en valor por lo que puedes aportar a la empresa. Tus expectativas salariales deben basarse en la experiencia, formación, conocimientos, resultados, especialización y habilidades. También en los gastos mensuales que afrontas en tu vida personal.
Prepárate para negociar. Para tener una compensación económica adecuada investiga el salario base del tipo de puesto que está vacante para determinar una retribución razonable y poder expresarla.
¿Por qué cuesta hablar del salario?
Es normal que queramos saber cuál es la remuneración cuando en la oferta de trabajo no lo mencionan. En la entrevista saldrá el tema pero si no aparece es cuestión de preguntarlo, porque es uno de los motivos por el que puedes rechazar un empleo. Si la retribución es demasiado baja no te interesará.
Es una pregunta incómoda que cuesta afrontar para no parecer que solo te mueves por el dinero. Pero se debe poder hablar con toda la naturalidad. El sueldo no es una cuestión menor y es un aspecto que tiene que estar claro para que en el futuro no haya sorpresas si finalmente eres el elegido para el puesto de trabajo.
Fíjate porqué en la oferta en muchas ocasiones aparece una horquilla salarial donde se especifica la cantidad mínima y máxima, así como si son cifras en neto o bruto y el número de pagas.
Los baremos normalmente dependen de la experiencia acumulada. Si está indicado no irás a una entrevista de trabajo en la que ya no te interese la remuneración ofrecida por la empresa.
¿Por qué preguntan por el sueldo?
Los técnicos de selección quieren saber las aspiraciones económicas de quién presenta la solicitud de empleo para tener más datos de la persona. Además es una vía para evitar perder el tiempo a las dos partes si las expectativas de retribución se encuentran muy alejadas.
- La empresa tiene un presupuesto: la compañía tiene programado el gasto en cada departamento y en los sueldos de los empleados. Con esta pregunta conocen si las cantidades que tienen presupuestadas se ajustan a tus expectativas económicas. En el caso de ser una persona muy cualificada para el puesto vacante es posible que puedan aumentar la cifra si consideran que les aportarás valor y resultados.
- Cómo te valoras: es la forma de descubrir en qué grado aprecias tus competencias en base a la experiencia, habilidades adquiridas, formación y logros profesionales. Permite saber a los técnicos de recursos humanos la cantidad de dinero que crees que mereces y la confianza que posees en ti mimo.
- Saber tu cualificación: sumándose a la información que aparece en el currículum, donde se presenta la trayectoria profesional, les proporciona tener el conocimiento de tu rango, ya que si pides mucho respecto a otros candidatos es que estás muy cualificado y si es poco significa que te falta experiencia.
- Prepararse para la negociación: conocer las perspectivas económicas del entrevistado permite tener una base para preparar una negociación en caso de ser el candidato elegido par el puesto de empleo. Con esta información la compañía puede realizar una oferta salarial más precisa.
Qué contestar a la pregunta sobre las expectativas salariales
Procura que siempre haya buena sintonía con los responsables de recursos humanos durante el proceso de selección. Prepárate la conversación para saber cómo responder a las expectativas salariales.
- Investiga lo que se paga: para poder dar una cifra alineada con el mercado laboral es necesario tener en cuenta una serie de datos para exponer una cuantía a los entrevistadores. Antes del encuentro se precisa realizar un análisis del sueldo de promedio en ese tipo de puesto, cómo es el sector, el tamaño de la empresa y en qué zona o país se encuentra ubicada, porque los salarios pueden variar dependiendo del lugar geográfico, y que gastos de desplazamiento supone o si comporta un cambio de residencia y cuál es el coste de la vida allí. Aunque el empleo sea para un puesto en remoto es necesario tener esta referencia geográfica.
- Considera los gastos que tienes: debes tener en cuenta el dinero que necesitas para cubrir todas tus necesidades. Haz un recuento de los gastos que tienes respecto a aspectos como facturas mensuales, hipoteca, préstamos, comida u ocio.
- Expón un rango salarial: para no dar una cifra exacta, que delimita las opciones demasiado, pon sobre la mesa una horquilla de cantidades que valoras para el puesto y el perfil profesional. Con esta respuesta verán cómo te valoras y que has investigado los salarios para el cargo.
- Remarca la flexibilidad: exponiendo unos máximos y mínimos económicos ya das a entender que eres flexible, pero no está de más comunicar que estás abierto a negociar y llegar a un acuerdo, con una cantidad que esté acorde con tu experiencia y formación.
- Considera tu salario: si el cambio de empleo es para una posición igual o similar a la que desarrollas actualmente, o que anteriormente has realizado, ten en cuenta esas cifras. Con tu experiencia ya sabes lo que se paga. Si lo consideras adecuado puedes aumentar la suma porque valoras que tienes más experiencia o estás mal pagado.
- Apunta alto: si presentas una horquilla salarial los entrevistadores comenzaran ofreciéndote con toda probabilidad el rango más bajo, abriendo una negociación. Si tu mínimo es más elevado permitirá que aunque este sea el punto de salida del trato, será un inicio interesante para ti con una cantidad aceptable y más si la aumentan. No te quedes corto o la negociación salarial no será provechosa.
- Satisfacción con el sueldo: valórate para llegar a un buen acuerdo. No tiene sentido que digas cifras con las que no te encuentres a gusto, pensando que si no presentas un sueldo bajo no serás el escogido para el puesto. Si eres el elegido y tienes una retribución con la que no estás contento en muy poco tiempo te considerarás mal pagado y te afectará en el ánimo.
- Muestra confianza: no expongas unas cifras sin más. Realiza un razonamiento explicando porque mereces cobrar esa cantidad. Conoces tu valor, lo que puedes aportar y lo que se beneficia la empresa con tu contratación. Muestra seguridad, sabes de qué hablas y lo que vales. Sé claro a la hora de comunicarte, con una respuesta directa.
Aspectos a evitar para negociar el sueldo
En una entrevista de trabajo o en la solicitud de empleo tienes que evitar cometer errores que puedan significar tu descarte o que los responsables de RRHH no te tengan entre sus preferencias.
Debes tener claro que responder a cuáles son tus expectativas salariales y eludir razonamientos que no son nada recomendables. En una negociación valora lo que puedes aceptar y pon límites respecto a lo que no.
- Decir una cifra exacta: si en vez de presentar una horquilla de sueldo das una cifra exacta, aunque sea realista, das a entender que no tienes la intención de negociar.
- Exagerar: no pidas unas cantidades que están fuera de mercado, pensando a ver si pican. Un actitud como esta te puede dejar fuera del proceso de selección. No pidas cifras desorbitadas. Debes tener conocimiento del sector en el que te mueves y la cantidad razonable que pagan, teniendo en cuenta todas las variantes existentes.
- No prepararlo: presentarte a una entrevista de trabajo sin tener consciencia de las características del cargo, empresa y sector hace que puedas pedir unas cifras que no son sensatas o por el contrario, demasiado bajas.
- Expresar que te parece bien cualquier salario: con esta afirmación demuestras que no te valoras, que no conoces el sector o desesperación para conseguir el empleo, tres factores que no gustan a los técnicos de selección. Tampoco digas que te es igual porque es una oportunidad profesional para aprender.
- Exponer que antes deberías conocer mejor las características del puesto: manifiestas que no te has interesado lo suficiente para estar al corriente la posición que se ofrece, con las funciones y las responsabilidades que conlleva. Si posees experiencia ya deberías saber sus particularidades.
- Preguntar que les parece: los técnicos de RRHH quieren conocer cuáles son tus exigencias económicas y no que les preguntes su opinión. Por lo tanto, si presentas unas cantidades de retribución monetaria, no termines la frase diciendo que les parece.
- Admitir que no sabes cuánto se cobra: vuelves a demostrar desconocimiento y cuál es el salario medio para el puesto y el sector.
- Preguntar lo que te ofrecen: Un candidato no puede preguntar ¿cuánto me ofrecéis? cuando los reclutadores le consultan sobre cuestiones de lo que desearía cobrar. Debe responder con un rango de cuantías para darse valor como profesional.
- Desviar la pregunta: no intentes eludir la cuestión porque no podrás. Los entrevistadores volverán a preguntarte para que les des una respuesta.