La alimentación es mucho más que una cuestión de calorías. Es combustible para tu mente y tu cuerpo. Aquello que eliges comer antes de comenzar el día o durante la jornada laboral, será responsable de potenciar o perjudicar tu rendimiento sin que te des cuenta.
A muchas personas les ocurre que pese a ingerir lo que piensan que está bien, una hora después, tienen sueño o les cuesta concentrarse.
Aunque tengas las mejores intenciones y hasta una despensa llena de cosas sanas, hay comidas que, en lugar de darte energía, te la roban sin que te des cuenta. Y eso, cuando tienes una mañana llena de reuniones, correos, pendientes o toma de decisiones importantes, hace que en vez de rendir al 100%, te sientas en modo zombi.
La elección de qué comer antes de trabajar tiene un impacto directo en tu claridad mental, tu productividad y tu bienestar general durante el día. Así que se trata de elegir los más adecuados y de crear hábitos conscientes que te hagan sentir mejor.
¿Por qué importa lo que comes antes de trabajar?
La alimentación incide directamente en cómo piensas, decides, te concentras y respondes al estrés. Lo que comes antes de empezar a trabajar se convierte en tu mejor aliado o en tu peor enemigo.
Cuando ingieres ciertos alimentos, el cuerpo inicia un proceso digestivo que consume energía. Si eliges comidas muy pesadas o con alto contenido de azúcares simples, obtendrás una subida rápida de energía seguida de una caída igual de veloz, que comúnmente se traduce en fatiga, irritabilidad y dificultad para mantener la concentración.
Además, algunos alteran tus niveles de glucosa en sangre, hecho que impacta directamente en funciones cognitivas como la memoria, la atención y la toma de decisiones. Es decir, un mal desayuno hace que comiences el día mentalmente desconectado, aunque hayas dormido bien.
Por otro lado, alimentos ricos en grasas poco saludables o muy procesados hacen más lenta la digestión, ocasionando pesadez estomacal, somnolencia o malestar, justo en el momento en que más necesitas estar alerta y enfocado.
Comida que te resta energía para trabajar
A continuación te presentamos una lista de alimentos que juegan en contra de tu energía, concentración y bienestar durante la jornada laboral:
Alimentos ricos en azúcares simples
Ejemplos: cereales azucarados, bollería industrial, galletas dulces, pan blanco con mermelada.
Provocan un aumento rápido de la glucosa en sangre, seguido de una caída igual de brusca. Este sube y baja te deja con sensación de fatiga, hambre temprana e irritabilidad. Además, no aportan saciedad duradera ni nutrientes de calidad.
Carnes procesadas y embutidos
Ejemplos: bacon, salchichas industriales, mortadela o cualquier carne altamente procesada.
Poseen altos niveles de conservantes, grasas saturadas y, a menudo, exceso de sal. Generan sensación de pesadez y malestar estomacal, y requieren una digestión más demandante para el cuerpo, distrayendo la energía que necesitas para concentrarte en el trabajo.
Grasas saturadas en exceso
Ejemplos: embutidos, quesos curados, frituras, ultra procesados.
Las comidas con alto contenido en grasas saturadas requieren más tiempo y energía para digerirse. Provoca una sensación de pesadez y disminuye la capacidad de concentración, especialmente si el cuerpo destina recursos a la digestión en lugar de a la actividad mental.
Comidas muy picantes
Ejemplos: salsas picantes, platos con chile o pimiento fuerte.
Aunque el picante tiene beneficios, puede causar malestar gastrointestinal, reflujo o acidez, especialmente si se consume con el estómago vacío. Se traduce en incomodidad física que interfiere con el rendimiento.
Bebidas deportivas y refrescos azucarados
Ejemplos: bebidas isotónicas, refrescos con azúcar, bebidas light o zero que utilizan edulcorantes artificiales.
Aunque en teoría podrían ofrecer un impulso, estos líquidos contienen grandes cantidades de azúcares o edulcorantes que no aportan una hidratación adecuada y causan fluctuaciones en los niveles de glucosa, afectando la energía a medio plazo. Además, algunos aditivos alteran el equilibrio gastrointestinal.
Bebidas energéticas y exceso de café
Ejemplos: bebidas con cafeína sintética, café en grandes cantidades, bebidas con taurina y azúcar.
Aunque dan un impulso inicial, el exceso de cafeína provoca nerviosismo, palpitaciones, dificultad para concentrarse y luego un bajón energético. También alteran la digestión y el nivel de hidratación.
Zumos de fruta industriales
Ejemplos: néctares, zumos envasados, bebidas de fruta light.
Tienen un alto contenido de azúcar y muy poca fibra, produciendo un efecto similar al de los dulces: picos de energía seguidos de fatiga. No aportan la saciedad de una fruta entera.
Pan blanco y harinas refinadas
Ejemplos: tostadas comunes, croissants, galletas saladas, panecillos.
Estas harinas tienen un índice glucémico alto y poca fibra, por lo que elevan la glucosa rápidamente pero no sostienen la energía por mucho tiempo. También están acompañadas de grasas poco saludables o azúcares.
Lácteos enteros en exceso
Ejemplos: leche entera, quesos grasos, yogures con crema.
A algunas personas los lácteos enteros les causa digestión lenta, inflamación o gases. Aunque no todos deben evitarlos, si eres sensible, es mejor optar por versiones ligeras o alternativas vegetales no azucaradas.
Snacks ultraprocesados y comida chatarra
Ejemplos: patatas fritas en bolsa, galletas saladas industrializadas, nachos y otros aperitivos de snacks.
Estos productos tienen altos niveles de sodio, grasas trans y aditivos artificiales. Al tratarse de ingredientes con poco valor nutricional, producen picos de energía seguidos de bajones repentinos, provocando fatiga y disminución en la concentración.
Barritas energéticas y alimentos fitness ultraprocesados
Ejemplos: algunas barritas de cereal o productos etiquetados como energéticos que, en realidad, están muy cargados de azúcares y aditivos.
Si bien se presentan como opciones saludables o convenientes, muchas de estas barras contienen ingredientes procesados y endulzantes que tienen un efecto contraproducente, dejando al cuerpo con una sensación de fatiga en lugar de energía sostenida.
Alimentos que causan flatulencia
En algunas personas ciertos alimentos provocan molestias como la flatulencia, que afecta en el bienestar personal e interrumpe la concentración y comodidad durante el teletrabajo.
Identificarlos y conocer sus efectos permite planificar mejor tus comidas y evitar distracciones o incomodidades a lo largo del día con ruidos digestivos.
Legumbres: alubias, lentejas, garbanzos.
Aunque son una excelente fuente de proteínas y fibra, contienen ciertos azúcares complejos como los rafinósidos, que fermentan en el intestino y provocan gases en exceso. Consumir grandes cantidades por la mañana quizás resulte en sensación de hinchazón y distracción, especialmente si tu jornada exige mucha concentración.
Vegetales crucíferos: brócoli, coliflor, repollo, col de Bruselas.
Estos vegetales aportan numerosos nutrientes y antioxidantes; sin embargo, en algunas personas, sus compuestos sulfurados ocasionan la formación de gases. Si bien son saludables, consumirlos en exceso o en exceso en el desayuno podría causar molestias digestivas en momentos cruciales del teletrabajo.
Cebolla y ajo crudos
Cuando se ingieren en estado crudo desencadenan la liberación de compuestos que irritan el sistema digestivo. Para algunos, esto se traduce en una mayor producción de gases y un posible malestar estomacal.
Frutas con alto contenido de fructosa
Aunque son una opción saludable, en ocasiones el consumo excesivo de ciertas frutas ricas en fructosa como la manzana o la pera dificulta la digestión, propiciando la formación de gases. Modera su ingesta o combínalas con otros comestibles para favorecer una digestión más equilibrada.