Seguir una dieta saludable es importante en cualquier entorno. Aunque estés haciendo teletrabajo, estés en casa y exista una libertad y flexibilidad laboral, tienes que saber estructurar tu vida, para tener un control de las horas trabajadas y la productividad que materializas.
Entre el orden a seguir está el de vigilar el exceso de comida. La nutrición es un aspecto imprescindible para mantener una buena salud y para ello es fundamental alejarte de la comida basura y de malos hábitos alimenticios, que comer mal no sea convierta en una costumbre.
Aquí se encuentra la importancia de crear rutinas en el teletrabajo, porque te desenvuelves en un ambiente diferente al de la oficina. En el domicilio tienes el frigorífico cerca, la despensa o el armario donde guardas la comida, y el acceso a la cocina es muy fácil. Es sencillo picar entre horas.
Prevenir la sobrealimentación cuando se trabaja desde casa es un objetivo a seguir por las personas que se encuentran en remoto o en el modelo híbrido, porqué ponerse a comer en cualquier momento no es complicado. De aquí la necesidad de crear un horario de comidas bien delimitado y que cada una de ellas nutricionalmente sea equilibrada.
Existe un hambre física y otra emocional. La primera es la necesidad biológica que tiene el cuerpo humano. La segunda es un trastorno alimentario, es comer por ansiedad, estrés, aburrimiento o algún otro estado emocional. Acostumbra a hacerse de manera impulsiva y cuesta llegar a la saciedad.
El trabajo y sus situaciones pueden llevar a estas consecuencias. La ingesta desmesurada de calorías provoca aumento de peso y otros problemas relacionados como obesidad, colesterol elevado, presión arterial alta y diabetes.
Encuentra un equilibrio con los alimentos y evita las comidas copiosas. Te permitirá sentirte bien y lleno de energía. Si tu salud es buena tu productividad no se verá afectada. Comer de forma saludable te ayuda a estar más concentrado.
Señales de comer demasiado
Si te preguntas porqué estás comiendo tanto es que estás notando algún efecto. Factores psicológicos y emocionales llevan a circunstancias que afectan al apetito y pueden llevar a sufrir un desorden alimenticio y episodios compulsivos.
Signos que marcan una sobrealimentación son:
- No eres capaz de satisfacer el hambre y no paras de comer durante el día
- No miras si estás comiendo de forma saludable
- Notas fatiga después de comer
- Te sientes siempre hinchado
- Sufres malestar intestinal
- Tienes estreñimiento
- Padeces reflujo acido
- Adoleces problemas de piel
- Aumento de peso progresivo
Consejos de alimentación saludable para trabajar desde casa
Para tener una nutrición correcta debes seguir unos hábitos que permitan evitar comer en exceso. En un entorno con las facilidades del hogar a lo largo de la jornada puedes ser propenso a comer de más sin darte cuenta.
Crea unos patrones de alimentación buenos para mantenerte saludable y productivo.
Establece un horario de comidas
Es necesario crear unas rutinas de alimentación para que no se produzcan desajustes alimentarios, con un horario de comidas a seguir para alcanzar buenos hábitos alimenticios.
Separa las comidas entre 3 y 5 horas para ayudar a una digestión correcta. Tómate tu tiempo en cada una de ellas, sin prisas. Si estás muy concentrado en el trabajo ponte una alarma para que no te olvides y te saltes el horario o alguna comida.
Identifica el problema
Detecta que situaciones o factores provocan que no tengas una buena alimentación, afecten a tu apetito o te haga comer en exceso. Conocer estas causas contribuye a identificar la fuente del problema.
Puede ser ansiedad, estrés o aburrimiento. Evita en la medida de lo posible estos escenarios y aprende a canalizarlo de manera diferente.
Compra productos saludables
Sigue una dieta equilibrada. No compres productos procesados, de baja calidad o llenos de calorías inútiles y grasas. No sustituyas comidas con picar cualquier cosa, con solo abrir una bolsa de patatas, galletas o algún tipo de dulce. Ahorran tiempo y no los tienes que cocinar, pero no son saludables para tu cuerpo.
Controla el comer como escape emocional
El hambre física es la sensación del cuerpo humano para enfatizar que necesita comer y llenarse de nutrientes. El hambre emocional es aquella que aparece en situaciones personales o laborales en las que tienes la esperanza que la comida te haga sentir mejor.
Se acostumbra a devorar, en muchos casos comida basura. Aparece de forma repentina, en forma de antojo, con el riesgo de ingerir altas cantidades de calorías, azúcares, y grasas. Engulles sin escuchar al estómago. Te levanta el ánimo momentáneamente, pero posteriormente puedes sentirte culpable.
Comidas equilibradas
Ten un control de lo que ingieres. Haz comidas nutricionalmente equilibradas, con desayuno, comida y cena y también si quieres merienda. Todo con alimentos sanos, de fácil digestión. Nada de comida basura, aunque sea rápido y fácil de hacer.
Haz platos sencillos si no te gusta cocinar o no tienes suficiente tiempo. Cuando lo hagas también puedes hacer para más de un día o diferentes platos a la vez para guardarlo en la nevera.
Controla las cantidades
Mira la cantidad de comida que ingieres en cada ocasión. No te pongas platos grandes. Una comida copiosa reduce el rendimiento, aparece la fatiga por la digestión pesada y sufres una sensación incómoda.
Aléjate de la cocina
No coloques la home office en la cocina. Solo tendrás que alargar la mano para comer algo. Además sentir el olor a comida o verla te hace entrar hambre al instante. Te pone a prueba continuamente, te distrae de tus tareas laborales y es tentador.
Bebe mucha agua
Ingerir agua te hidrata, llena el estómago y sustituye al hambre. Ten una botella o un vaso con agua al lado y ve dando sorbos durante la jornada.
También puedes tomar zumos naturales, pero mejor si están hechos por ti mismo, ya que los industriales tienen muchos azúcares añadidos. Si te apetece un té o un café, vigila con el azúcar que le pones.
Olvida las bebidas gaseosas azucaradas y las que contienen edulcorantes artificiales. Evidentemente no consumas alcohol mientras trabajas o antes de iniciar la jornada laboral.
Busca alternativas
Piensa en cosas que puedes hacer si aparece de repente el hambre emocional, porque en la mayoría de ocasiones es una sensación pasajera. Si la superas en un primer momento desaparece.
No comas mientras estás trabajando
Lo ideal es no comer en el lugar de trabajo, así no relacionas las 2 acciones. Delante del ordenador es fácil comer cualquier cosa, pero mejor si tienes un área designada para hacerlo que no sea el escritorio.
No quieras ganar tiempo de esta manera, porque no te permitirá desconectar. Además te notarás más saciado si no tienes distracciones y lo haces de una forma reposada.
Toma descansos
Cuando estás sentado trabajando es recomendable ir tomando descansos cada cierto tiempo, para estirar el cuerpo y que los ojos descansen. Es una oportunidad para levantarse y moverse.
También para salir a la calle y hacer ejercicio. Este cambio reduce las posibilidades que aparezca el hambre. No aproveches para ir a la cocina y comer algún capricho.