Trabajar en la cama es tentador: es cómodo y acogedor. Pero ¿es realmente una buena idea? Las oportunidades que ofrece el teletrabajo permiten que las actividades laborales se realicen desde el propio hogar con todas las comodidades.
Tener un espacio en casa que sirva exclusivamente de oficina, con escritorio y silla ergonómica, es lo ideal. Aunque tengan esta opción, hay personas que utilizan la cama para trabajar, que difumina las línias que separan la vida personal con la profesional.
El dormitorio es un lugar de relajación, con un lugar en concreto para descansar y la intimidad. Es un mueble hecho para dormir y que el cuerpo se relaje. La tentación de trabajar en la cama es grande por la comodidad que está asociada.
Pero esta es una decisión con peligros y un mal hábito para quién lo hace por las consecuencias físicas que tiene. Hay riesgos de lesiones por muy bueno que sea el colchón.
La imagen de estar en la tapado con las sábanas con una taza de café mientras utilizas el ordenador portátil es idílica para muchos. Pero trabajar desde casa no significa eso.
Pasas de arreglarte y desplazarte a la oficina a simplemente abrir el laptop sin tener que levantarte, con el pijama puesto y tapado bajo una sábana, manta o funda nórdica.
Debes separar los aspectos personales de los profesionales. En un domicilio hay lugares muy marcados para dormir, relajarse o comer, aunque la vivienda sea pequeña. En el teletrabajo tienes que mantenerlo.
Dormir bien no es ninguna tontería y es muy importante para la salud, no solo para términos de productividad. Es básico prestar atención para cumplir que el cuerpo y la mente tengan el descanso de calidad que merecen.
Razones por las que no trabajar en la cama
El dormitorio debe ser un lugar con un ambiente relajante que promueva el sueño. Convertir la cama en una oficina y trasladar allí la actividad laboral de forma habitual tiene efectos adversos.
Mala postura corporal
La ergonomía no está asociada a trabajar desde la cama. Para tener una buena salud física la columna vertebral debe estar en la posición más neutral posible y que ninguna parte del cuerpo sufra tensión alguna.
En este mueble no se conseguirá si el objetivo es estar con el laptop o la tablet. Sea apoyado con almohadas en el cabecero, boca abajo o de costado, la postura para trabajar con el ordenador portátil no es la adecuada. Ninguna es buena para que espalda, cuello, caderas, brazos o cualquier zona no sufra presión.
Te retuerces para encontrar una posición cómoda pero no encontrarás la que sea saludable para un largo periodo. Y menos si estas estirado con el portátil sobre el pecho o el estómago. Las malas posturas durante lapsos prolongados provocan lesiones.
Descenso de la calidad del sueño
Si trabajas desde la cama de manera regular tu cerebro comenzará a asociar este mueble con el trabajo. La construcción de esta vinculación puede acarrear trastornos para dormir.
Primero porque si realizas las dos acciones en el mismo lugar lo más probable es que te pongas a dormir pensando en tus tareas profesionales, las que has hecho o las que tienes que realizar, afectando al descanso.
Existen otros condicionantes que afectan al ciclo del sueño. La exposición a pantallas con la luz que desprenden disminuye la producción de melatonina, que es la hormona conocida como del sueño, provocando insomnio o un trastorno del ritmo circadiano.
En vez de relajarte, provocas la activación del cerebro. Tiene com consecuencia el retraso de la fase REM del sueño y disminuye el carácter del sueño profundo.
Antes de ir dormir lo mejor es no visionar ninguna pantalla para que el cerebro tenga su tiempo para reducir la actividad y se prepare para descansar. Se recomienda mantener fuera del dormitorio cualquier aparato como la televisión, ordenador, móvil o tablet para poder conciliar el sueño sin problemas.
Cuando te pones el pijama por la noche le estás diciendo al cerebro que es hora de dormir y no debe recibir estímulos de este tipo. Un mal reposo afecta en el día a día. Para mantener una salud fuerte un buen descanso es vital.
Pérdida de productividad
Si tienes problemas con el sueño tu productividad se ve afectada de forma directa. Estás más cansado y tienes un rendimiento menor que si has dormido correctamente.
También afecta durante el día, porque si estás en la cama apoyado con cojines o estirado no tienes las mismas comodidades que si te encuentras sentado en una silla ergonómica ante una mesa.
Cambias constantemente de postura para tener mayor confort que provoca parones en el flujo de trabajo, además que no dispones de todo lo que necesitas a mano y te tienes que levantar. No es el lugar donde puedas exponer tu mejor rendimiento.
Existe otro peligro. Estar demasiado relajado y hacer siestas durante la jornada. Es el lugar que utilizas para dormir y si aparece el cansancio y cierras los ojos estás en el sitio ideal. Fomenta ser perezoso.
Reducción de la higiene
Es el emplazamiento donde descansamos y debe estar limpio. Si pasas horas con el ordenador o material de oficina que ha estado en diferentes lugares puede llevar a las sábanas suciedad, bacterias y gérmenes. Tampoco es una buena idea ponerse vestido con la ropa de trabajar o que has llevado en la calle.
Otro aspecto son las células muertas de la piel que desprendemos, que son alimento para los ácaros del polvo. Cuanto más tiempo pases con más frecuencia tendrás que limpiar las sábanas.
Iluminación inadecuada
El dormitorio es la habitación de la casa hecha para descansar. Está destinado a ser oscuro, aunque tenga ventanas y las puedas abrir o apartar las cortinas. Trabajar con poca luz provoca fatiga visual y afecta en el estado de ánimo.
Riesgos para el ordenador portátil
Existe un riesgo que el laptop se estropee cuando durante un tiempo largo lo tienes sobre la cama o en tus rodillas. No son superficies estables y el textil se adapta al contorno del aparato. Si bloquea las salidas del aire se manifiesta el peligro que se produzca un sobrecalentamiento y que se produzca una avería grave.
Cómo evitar trabajar en la cama
El objetivo cuando se trabaja desde casa es no relacionar lugares de la vida cotidiana con las funciones laborales. Por este motivo es tan importante confeccionar una home office y no hacer inconscientemente asociaciones mentales.
No levantarse, ni vestirse, parece cómodo pero no lo es y tiene repercusiones negativas en la salud física. Además si compartes la cama con la pareja puede comportar problemas y afectar a la relación.
Para alejarte del dormitorio toma medidas:
Configurar un lugar de trabajo
Con una oficina en casa destinas ese lugar para trabajar. Es el emplazamiento donde tienes todas las comodidades para realizar las tareas profesionales, con escritorio, silla y todo lo que precisas. Con este espacio cumples con la separación de vida personal y laboral.
Mantener los dispositivos lejos de la cama
La mejor manera de no consultar el ordenador o el móvil es que estos aparatos no los tengas al alcance de la mano. Si los quieres revisar procupa que te tengas que levantar, acción que en muchas ocasiones no harás. No los lleves a la cama y si tienes que terminar una tarea, hazlo donde estés.
Tampoco visites el colchón durante la jornada laboral diciéndote que será solo será un momento, porque seguramente se alargará. La tecnología mejor fuera del dormitorio.
Crear una rutina
No te quedes en la cama cuando te despiertes. Mantén hábitos como si te tuvieras que desplazar a la oficina. Levántate, tómate un desayuno saludable, dúchate y ponte ropa cómoda. Es la mejor manera para activarte cuando permaneces en el domicilio y puedes iniciar con energía el teletrabajo.
Cómo trabajar en la cama
Trabajar desde la cama es una elección que solo debe realizarse si es absolutamente necesario. Es malo estar todo el día tumbado. Hacerlo de manera muy esporádica no comporta riesgos, pero sí en el caso de convertirse en un acto habitual.
Cuando elijas este mueble para llevar a cabo tus tareas profesionales ten en cuenta:
Posición correcta
La postura para trabajar en la cama es muy importante para no sufrir ningún daño físico. No te apoyes directamente en el cabecero o la pared porque la espalda no estará en una posición neutra y estarán tensionados los músculos de la zona alta de la espalda y el cuello.
Estar sentado sobre una superficie suave también hace que se tensen las caderas. Usa almohadas para la espalda. No estés boca abajo porque la columna vertebral está encorvada y se produce tensión en músculos, ligamentos y articulacones.
Aléjate de los malos hábitos en cuanto a la posición corporal para evitar ejercer presión en ninguna parte del cuerpo. La pantalla de la comutadora procura que te queda a la altura de los ojos y que la espalda tenga una posición vertical, como si estuvieras sentado en una silla.
Toma descansos
No estés demasiado tiempo en la misma postura. Igual que si estuvieras en sentado ante un escritorio, toma descansos cada cierto tiempo para que los ojos, el cuerpo y la mente se tomen un respiro.
Levántate de vez en cuando, camina un poco por la vivienda y realiza estiramientos. También puedes realizar ejercicios para estirar los músculos de la espalda.
Mesa portátil
Trabajar sobre una superficie que no es rígida no es confortable, afecta al rendimiento y puede estropear el portátil. No estés con la computadora sobre los muslos.
Utiliza una mesa para trabajar en la cama que la puedas poner sobre el colchón y tus piernas cuando estás sentado. También hay modelos portátiles que están apoyados en el suelo y que son como un escritorio.
Te proporciona estabilidad y que puedas poner otros accesorios que necestas, como el ratón. También permite tener una buena visualización y que la pantalla quede a la altura de los ojos.
Nada de videollamadas
Realizar desde la cama videoconferecias para asuntos laborales con compañeros, superiores o clientes no es una buena idea. La imagen que proyectas no es profesional, aunque vayas vestido adecuadamente.
Guardar todo al final de la jornada
Una vez hayas terminado las tareas del día guarda en otro lugar todos los dispositivos, documentos y cualquier material que utilices. No lo dejes ni sobre las sábanas ni la mesita de noche.
De esta manera queda todo despejado y te olvidas de las tareas laborales porque no las tienes a la vista. Tampoco suponen una molestia para el momento que te vayas a dormir.
Vístete
No vayas todo el día con el pijama. Al menos vístete con ropa cómoda. Sirve para quitarte la sensación relacionada con el descanso.