Un usuario en su home office sentado en una silla de escritorio elevable,que tiene características ergonómicas, que aprovecha para trabajar desde casa

¿Son las sillas de escritorio elevable realmente ergonómicas? Problemas y soluciones

Está ampliamente demostrado que la ergonomía es un factor crucial en un entorno de trabajo para mantener la salud y productividad. Las sillas de escritorio elevable tienen la ventaja de ajustarse a diferentes alturas y ofrecer una mayor flexibilidad, aunque también tienen sus problemas.

Cuando pasas largas jornadas ante el ordenador y decides trabajar en un escritorio regulable, lo haces para mantener una postura corporal correcta cuando te encuentras de pie y sentado, para relajar partes de la anatomía y no surjan incidencias como dolor de espalda, tensión en el cuello, fatiga muscular y trastornos musculoesqueléticos de cualquier tipo.

Las sillas y taburetes para mesas elevables, a pesar de sus beneficios, también presentan varios problemas que afectan negativamente a la persona. Aunque tiene solución.

Es imprescindible que sigan unas características de diseño, flexibilidad del mobiliario y estén fabricadas con materiales de calidad, para cumplir las expectativas del usuario y este se beneficie de sus características.

Problemas comunes con las sillas para escritorios elevables

La manera de sentarse tiene impacto en la salud de los usuarios. Afecta a la experiencia diaria. Los ajustes ergonómicos deben permitir una experiencia confortable a lo largo de la jornada.

Las sillas y taburetes para mesas regulables tienen un ajuste de altura para mientras permaneces sentado y de pie, promoviendo una postura activa y mejorando la salud en el lugar de trabajo.

Pero sus características especiales hacen que ofrezcan problemas en su uso:

Adaptación a la nueva postura

Uno de los primeros problemas que encontrarás con las sillas para escritorios de pie es el tiempo que le toma a tu cuerpo adaptarse a esta nueva forma de sentarse.

Utilizar un taburete inclinado o de descanso es muy diferente a estar de pie completamente derecho o sentado en una silla de oficina tradicional.

Usarás diferentes grupos musculares y experimentarás dolor en áreas donde antes no lo hacías, como en la planta de los pies, las espinillas, los cuádriceps, las caderas y la parte baja de la espalda.

Se debe a que muchos modelos no cuentan con respaldo ni reposabrazos, lo que obliga al usuario a mantener una postura activa constantemente. La falta de apoyo adecuado origina tensiones musculares y molestias, particularmente en personas que ya tienen problemas de posición o dolores crónicos.

La transición requiere un periodo de adaptación, que va entre una y tres semanas, durante el cual el usuario debe ajustar su disposición corporal y encontrar la configuración óptima para su cuerpo.

Asientos incómodos

La comodidad del asiento es una de las quejas más comunes. Estas sillas suelen tener asientos pequeños y firmes con formas específicas, como los diseños cóncavos o convexos.

También hay muchos modelos que son bastante rígidos y carecen de suficiente acolchado, provocando que sentarse durante largos períodos de tiempo sea desagradable.

Este diseño se debe a la intención de fomentar una postura correcta, pero es contraproducente si el asiento es demasiado duro. Un asiento incómodo lleva a un uso limitado y a una menor satisfacción con la inversión realizada.

A diferencia de una silla de oficina convencional con un asiento plano y acolchado, estos asientos no están diseñados para largas horas de utilización y resulta incómodo para muchos.

Adaptabilidad limitada para diferentes usuarios

Las sillas para escritorios de pie no están diseñadas para adaptarse a una amplia gama de personas. Los diseños de asientos pequeños y específicos no son ideales para individuos de mayor tamaño.

Además, algunos modelos no tienen la altura suficiente para personas altas, y muchas tienen un límite de peso bajo, que restringe aún más su utilización.

Falta de apoyo para posturas prolongadas

Las sillas para escritorios elevables no están diseñadas para ser usadas durante todo el día. La falta de soporte lumbar y el diseño que promueve una postura activa lleva a la incomodidad si se usan por más de unas pocas horas consecutivas.

Esto significa que, aunque son excelentes para intervalos cortos de trabajo y para alternar entre estar sentado y de pie, no son la mejor opción para sesiones prolongadas de trabajo.

A la posible incomodidad del asiento se le suma que carecen de elementos como reposabrazos y respaldos que favorecen mantener una buena posición. Este tipo también activa más grupos musculares, situación que resulta agotador para mantener una disposición inclinada o de descanso por períodos largos.

Sensación de inestabilidad

Otra preocupación es la sensación de inestabilidad que provoca en algunos usuarios. Muchas están diseñadas con una base que permite un rango de movimiento, haciendo que te sientas inseguro si no tienes buen equilibrio o si eres propenso a la torpeza.

Es especialmente cierto para modelos que ofrecen una gran libertad de movimiento.

Falta de ruedas

La mayoría de las sillas para mesas elevables no tienen ruedas. Para algunos es un inconveniente porque impide que te muevas fácilmente por tu espacio de trabajo sin levantarte. También dificulta hacer pequeños ajustes en tu posición frente al teclado.

Menor productividad

Los factores ergonómicos presentados hacen que haya personas que no sean tan productivas utilizando una silla para escritorio de pie en comparación con una de oficina tradicional o simplemente estando de pie.

La incomodidad del asiento, el constante movimiento y la necesidad de ajustar el mueble llevan a distracciones durante la realización de las tareas laborales. Aunque son beneficiosas para la salud al aumentar el flujo sanguíneo y activar los músculos, pueden reducir tu productividad.

Soluciones para utilizar sillas para mesas regulables

A pesar de estas circunstancia, hay varias soluciones que sirven para mitigar los problemas asociados con las sillas para escritorios regulables:

Transición gradual: comenzar con períodos cortos de uso e ir incrementando gradualmente el tiempo facilita al cuerpo a adaptarse a la nueva postura sin causar demasiado estrés.

Elección de modelos adecuados: seleccionar asientos que ofrezcan mejor acolchado y algún tipo de soporte, aunque mínimo, marca una gran diferencia en términos de comodidad y uso prolongado.

Uso de accesorios: incorporar alfombras antifatiga, reposapiés y otros accesorios ergonómicos posibilita reducir el impacto del uso prolongado y proporcionar un apoyo adicional.

Pausas regulares: tomar descansos frecuentes y alternar entre estar sentado y de pie es crucial para prevenir la fatiga y el dolor. Permite mejorar la circulación y reducir la tensión en los músculos.

Ajuste de la altura: debe permanecer siempre a una altura adecuada respecto a la mesa, sea cual sea los centímetros que hayan desde el suelo a la superficie del tablero.

Revisar la postura: mantener una disposición adecuada mientras se utiliza, con la espalda recta, los hombros hacia atrás y los pies apoyados firmemente en el suelo o en un reposapiés, ayuda a minimizar el dolor y la fatiga.

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