Trabajar en casa conlleva toda una serie de beneficios que permite realizar tu actividad laboral sin la necesidad de tener que salir del domicilio. Pero para que cada jornada sea como si se estuviera en la oficina y no se pierda productividad –y hasta se pueda generar más- se deben cumplir unos requisitos, como contar con el material informático necesario y una conexión a internet correcta para realizar la labor profesional.
Entre las medidas que deben cumplirse para un normal desarrollo de la jornada laboral se encuentra un elemento que no siempre se tiene en cuenta, como es la gestión del tiempo.
Tener la posibilidad de trabajar en el hogar supone una excelente oportunidad. Para obtener los objetivos y resultados esperados, tanto personales como para la empresa, aunque sea solo para un proyecto en concreto, se necesita una organización para llevar a cabo el trabajo y una gestión del tiempo adecuada para no caer en distracciones que puedan suponer un retraso a la hora de realizar la actividad profesional.
En el mismo domicilio pueden producirse despistes durante el día que hagan que toda la actividad laboral que se realiza vaya con retraso, afectando a la productividad y la capacidad de concentración.
Por este motivo se tiene que hacer efectiva una estrategia para que no se produzca. Son una serie de puntos que se deben tener en cuenta y que serán de gran ayuda para que la jornada sea provechosa y que el teletrabajo sea efectivo, que no se produzcan errores ni que aparezca algún síntoma de estrés.
También para que la conciliación familiar sea exitosa y que las horas que ocupan el empleo no se acumulen innecesariamente.
Consejos de productividad para el teletrabajo
Cada persona funciona de una manera diferente, así como las empresas y las tareas que se realizan. Cuando se encuentra la oficina en casa es importante tener claro lo que hay por delante y como se puede realizar la actividad sin problemas para conseguir los resultados esperados.
Cada uno creará sus propias técnicas de organización que le permiten trabajar mejor, gestionar el tiempo y se ajusten a los ritmos que se piden. Los puntos básicos a seguir son:
Planificar la jornada
Cada día, cuando empiezas la jornada laboral en casa, debes tener en cuenta cuales son las tareas a desarrollar y los objetivos que se esperan. Esta agenda se puede realizar el día anterior o bien a primera hora de la mañana. No olvides que debes marcarte metas y estas deben cumplirse, por lo que tienen que ser alcanzables.
Priorizar las tareas
En los objetivos definidos existen unos que son prioritarios y otros que no. Simplemente unos deben concluirse de manera inmediata y los demás no, por lo que en la planificación realizada habrá una serie de prioridades que deberán estar en la estrategia que se desarrolla.
Este punto es básico para no dejar tareas pendientes y que se produzcan retrasos que pueden provocar problemas en el futuro más o menos inmediato. Además, las labores más tediosas o complicadas es conveniente completarlas al inicio del día, cuando se tiene más energía. Después, con el cansancio del paso de las horas es un cometido que se acumula y que será más duro afrontarlo.
Poner objetivos reales
Con todo el día por delante, es muy fácil querer realizar de una tacada todo el trabajo. Si no se quiere trabajar más horas de las estipuladas y que la productividad sea la correcta a la largo de la jornada, las tareas a realizar deben ser las adecuadas, con objetivos que sean alcanzables para que no se produzcan situaciones de estrés, tanto para la misma persona como para el resto si se está trabajando en equipo en un proyecto conjunto.
Horarios adecuados
Siempre que el horario sea flexible, y que no se obligue a tener un programa estipulado de inicio y fin, se puede realizar una jornada adaptable identificando el rendimiento propio, comprobando cuando se produce una mayor concentración y se es más efectivo.
Hay personas que son más productivas por la mañana al poco de levantarse, mientras que a otras les cuesta más arrancar y lo son a medida que pasan las horas, ya sea al mediodía, por la tarde o bien con la nocturnidad de la madrugada.
Esta maleabilidad de la jornada laboral irá siempre relacionada con la estrategia de la empresa, los proyectos que se realizan y las fechas límite establecidas.
No entretenerse
Tener una home office hace que se puedan producir algunos elementos de desatención de la actividad laboral que se tienen que evitar o la jornada se puede alargar sin quererlo, con el peligro que el rendimiento sea menor y la labor realizada no tenga la calidad que se espera.
Por este motivo es aconsejable no hacer caso de las redes sociales y elementos de comunicación como el WhatsApp o hasta los emails. Si no son estrictamente necesarios, se deben tener silenciados. No se puede estar siempre pendiente de la bandeja de entrada.
Esto permitirá que no se produzcan cortes innecesarios mientras se realiza la labor y que el rendimiento pueda ser continuado sin pérdidas de tiempo.
Evitar las multitareas
Para que se pueda mantener la productividad y la concentración es básico centrarse únicamente en una labor. Está demostrado que querer hacer diferentes cosas a la vez en cuestiones laborales no permite que se puedan desarrollar de la mejor manera.
Además provoca que las labores se puedan acumular y que en la cabeza siempre se tenga presente aquello que no se está haciendo en ese momento, provocando que se produzca un peso con el paso de día por todas aquellas tareas que todavía no se han podido completar y cerrar.
Establecer rutinas
Cuando se trabaja en remoto es necesario seguir una serie de rutinas como si se estuviera en la oficina, que ayudan a la salud de cuerpo y mente, que permitirán ejercer la actividad laboral de la misma manera.
Por este motivo se debe seguir unos horarios, desde la hora de levantarse a la de empezar a trabajar en el domicilio propio, tomar descansos y comer de forma saludable. También la de realizar ejercicios en casa para que el físico no se resienta.
Recompensas y descansos
Trabajar muchas horas de forma continuada no es posible, ya que la capacidad de concentración de la persona tiene límites. En este sentido es importante trabajar por bloques, que pueden ser teniendo en cuenta el reloj o bien después de concluir una tarea en concreto.
Una vez finalizada también se pueden producir pequeñas recompensas, desde un simple descanso a comer o beber alguna cosa que se desee. Trabajar en remoto permite que sea uno mismo quien se las ponga. Si se mantiene una disciplina esta es una manera de mantener la productividad con el paso de las horas.
Reuniones efectivas
Ala largo del día es posible que se deban realizar reuniones a través de videoconferencias con compañeros de trabajo, clientes o proveedores. Estos encuentros, así como si son simples llamadas, no deben alargarse más de lo necesario, porque son una de las mayores ocupaciones de tiempo durante una jornada laboral.
Primero de todo se tiene que tener claro si son necesarias, porque en ocasiones se puede sustituir con un email. En caso de ser indispensables, deben planificarse para que los temas a tratar sean claros y concisos, y se pueda cumplir de la manera más rápida posible con el objetivo de la comunicación.
Saber delegar
Cuando se tiene un empleo online en muchas ocasiones se produce la acción de querer abarcarlo todo. Pero esta es una decisión equivocada, porque se debe saber delegar con el resto de compañeros del equipo, u operar con proveedores de servicios o especialistas en otros sectores para que el trabajo no se acumule.
Está claro que no se puede llegar a todo y que se tiene que encomendar labores para entregar los proyectos a tiempo con un resultado satisfactorio.