Las ventajas del trabajo remoto son más que evidentes. Las aportaciones de la tecnología permiten un modelo laboral en el que los equipos y los proyectos se pueden desarrollar a distancia. La productividad es evidente y para que no decaiga la comunicación y la colaboración son básicas, igual que se mantenga la motivación de quién trabaja desde casa.
Los beneficios del teletrabajo son palpables. Es una experiencia laboral muy gratificante, pero debe funcionar correctamente para que no acabe con la productividad. De la misma manera que en la oficina hay distracciones, en el hogar también.
Además depende de cada uno, porqué hay personas a las que no les gusta estar encerrado todo el día en casa entre 4 paredes y desean estar la mayor parte de la jornada fuera, aunque sea en la empresa.
Existe la posibilidad que se pueda desvanecer la emoción y las ganas con el tiempo. Por este motivo es necesario superar las dificultades para tener la sensación de sentirse productivo, de no aburrirse y saber llevar la situación de trabajar en remoto, porqué no es lo mismo estar en una oficina rodeado de compañeros, con todo lo que significa a nivel de conversaciones y comunicación directa e instantánea, que hacerlo a distancia.
Si existe una falta de motivación es necesario darle un sentido a lo que estás haciendo, que no sea que tienes el piloto automático puesto. Todo tiene un factor psicológico. Se trata de disfrutar de la oportunidad de trabajar desde casa y desarrollar actitudes positivas, porqué automotivarse es una habilidad, y profesionalmente marca la diferencia en las personas que lo poseen.
¿Cómo motivarse en el teletrabajo?
Se puede perder la motivación por diferentes motivos y está muy relacionado con la autogestión, aunque también participan otros factores. Además va relacionado que la disminución de la productividad pueda comportar angustia mental.
Tanto si te empleas para ti mismo como para una empresa es necesario ser proactivo y amoldarse a las circunstancias, con una planificación con prioridades y objetivos.
Para conseguir mantenerse motivado aquí están algunas claves para no perder la energía, sostener la capacidad de concentración y rendimiento, y ser feliz con el equilibrio entre vida personal y laboral.
Planificación de oficina
Márcate una rutina matutina. No desplazarte no significa estar en la cama hasta tarde. Haz que el cuerpo se despierte solo levantarte. Aunque físicamente no vayas a ningún lugar, en el teletrabajo se realizan las mismas funciones que en la oficina, por lo cual lo más aconsejable es seguir un hábito como si realmente fueras a la empresa a ocupar tu puesto.
Levántate a una hora concreta cada día, desayuna, dúchate y vístete. Aunque tengas flexibilidad de horarios, empieza la jornada laboral a una hora específica. Lo más conveniente es tener la jornada bien estructurada.
Psicológicamente ir sin el pijama puesto y vestido con ropa adecuada ayuda a ponerse en situación. Ponte algo cómodo y casual, pero valora que se requiere si se tienen que hacer videollamadas.
Organiza el espacio de trabajo
No trabajes en cualquier lugar de la casa. Ten uno acondicionado, que sea confortable y funcional para pasar muchas horas, y que disponga de material y dispositivos ergonómicos para que tu cuerpo no sufra físicamente. Asegúrate que es un lugar donde no haya distracciones y si es posible que sea inspirador.
También que sea de uso exclusivo para funciones laborales. Además que esté bien ordenado para que no sea todo un lío y cause pérdidas de tiempo.
Cambia de lugar
No es lo ideal para diferenciar vida personal y profesional, pero tampoco pasa nada si en algún momento te pones a trabajar desde la cama o el sofá, aunque debe ser una excepción, no lo habitual. Son sitios asociados a otras actividades personales y no está bien mezclar.
También te puedes ir a una cafetería, a un coworking o a un parque y estar al aire libre y tomar aire fresco. Está bien cambiar de cuando en cuando.
Planifica el día para tener objetivos
Cumplir con los objetivos puestos es un elemento motivador y que concede una excelente sensación cuando se han cumplido. Lo mejor es saber las funciones a realizar y designar horarios para tener estas metas y que no se produzcan bloqueos de productividad.
Siempre puede haber cambios, por lo que no te estreses, es normal. Así siempre tendrás algo que hacer. Ten en cuenta la importancia de saber priorizar.
Evita las distracciones
Las redes sociales y los mensajes que nos llegan de WhatsApp o alguna otra compañía de mensajería instantánea son dos fuentes destacadas de desatención en lo que se está haciendo.
Por eso se hace necesario tener las notificaciones apagadas cuando se está trabajando. Tampoco se debe estar pendiente de los videos de YouTube o lo que programan en televisión.
Las distracciones son el peor enemigo de la productividad. Cuando se producen retrasos en tus obligaciones laborales es cuando llega el estrés y el rendimiento se ve seriamente afectado.
Si en el domicilio convives con más personas estas deben ser avisadas y conocer tus horarios. Hay que establecer unas reglas con la familia y los compañeros de piso para no ser molestados.
Establece bloques de tiempo
No es lo mismo ver que tienes todo el día por delante, con el peligro de posponer cosas y que las tareas se acumulen, que cumplir pequeños objetivos. Después de uno pasas a otro. Toma descansos de manera regular porque son importantes para impulsar la productividad. Trabajar sin parar lleva a la fatiga.
Aumenta el enfoque y verás como la motivación se multiplica porqué tienes un tiempo limitado para completar la meta. La satisfacción es grande cuando se concreta.
Ponte retos
Los retos siempre motivan. Tienen una relación estrecha. Te puedes poner objetivos de diferente índole, como ver si eres capaz de terminar una tarea en un determinado periodo de tiempo. Después puedes probar de superar la marca. O ponerte a prueba para presentar un proyecto.
Estos desafíos te ayudarán, sin duda, a conocerte mejor y es alentador ver hasta donde puedes llegar. En ocasiones a límites que no te creías posibles.
Realiza la técnica de los 10 minutos
Cuando realmente no quieres hacer algo aparece la procrastinación, porqué lo vas dejando, aunque sepas que en algún momento tendrás que ponerte a ello. Para contrarrestar esta situación empieza algo con el objetivo de dedicarle únicamente 10 minutos y después podrás tomar un descanso.
Ya verás que en la mayoría de ocasiones estarás más tiempo del establecido. Una vez más se demuestra que lo difícil es empezar, pero cuando te has puesto en marcha coges velocidad de crucero.
Escucha música
La música motiva. Ponernos aquellas canciones que nos evocan momentos o nos sube el ánimo son trampolines para fortalecer la actitud y afrontar cualquier reto con las máximas expectativas.
Pero también se puede buscar una música más relajada, que proporcione un nivel de concentración adecuado para realizar la labor asignada. Todo depende del momento. Utiliza auriculares o póntelo de fondo para impulsar el flujo de trabajo.
Tener vida social
Por muchos motivos es importante socializar. No solo a nivel laboral, sino sobre todo en la vida personal. Cuando se está en remoto hay que tratar de no sentirse aislado. Aquí tiene su propio papel quién está en remoto, pero también si forma parte de un equipo los compañeros y especialmente los líderes de estos.
No hay que quedarse encerrado en casa. Lucha contra la falta de interacción social. Es clave en el apartado motivador que cuando se finalizará la jornada laboral, se sigan haciendo cosas, esta vez de otro carácter.
Salir a pasear, realizar alguna actividad de ocio o quedar con amigos, por exponer algunos ejemplos. Además es bueno que te de la luz y el aire fresco, porqué aporta bienestar.
Recompénsate
Date premios a ti mismo durante el día por el trabajo bien hecho. Ten ni que sea pequeñas alegrías. Te ayudará a ser más eficiente porque tienes un incentivo que para ti es importante o placentero.
Comer algo, hacer la siesta, ver algún video en YouTube, tomar el sol si tienes una terraza o un jardín o cualquier cosa que te guste. Son pequeños placeres, pero que no te hagan perder el tiempo. Tú marcas las recompensas.
Tener una mentalidad positiva
Desarrollar un pensamiento positivo es fundamental en cualquier situación de la vida. En el sector laboral no es diferente y la tarea que hay por delante, por complicado que sea, se afronta de una manera u otra dependiendo de la actitud que se ponga.
Depende de cómo se vea cada situación que encaramos. Si la disposición no es buena lo mejor es intentar cambiar la perspectiva. Es necesario desarrollar una mentalidad positiva con todas las ventajas que tiene el teletrabajo.
Cuidado personal
No olvides mantener el cuidado personal. Aunque estés en tu hogar debes seguir los buenos hábitos, porqué te sentirás mejor. Ducharse, ponerse ropa limpia, tener una dieta saludable, descansar bien, mantenerse activo y hacer ejercicio son costumbres que no debes perder, porqué te hacen sentir mejor.
Experimentar con nuevas estrategias
Si cuentas con un sistema de trabajo que funciona, puedes ir añadiendo nuevos elementos para seguir mejorando. Se trata de probar cosas nuevas, de ponerlo en práctica.
Cada uno tiene su manera de funcionar, pero se pueden introducir otras rutinas que se adapten a tu estilo de vida y se puedan compaginar con las obligaciones profesionales. Sirve como experiencia enriquecedora, es una medida de aprendizaje y de adquirir conocimientos.
Apasiónate con lo que haces
Es muy importante que te apasione lo que haces, aquello a lo que te dedicas profesionalmente. No hay otro elemento motivador como este.
Si te desagrada o no te aporta nada es más complicado estar entusiasmado. Si no se disfruta es muy difícil. Te mantienes lleno de energía si te llena, ya que puedes poner en práctica todo tu talento.