Trabajar en el hogar tiene una serie de ventajas, pero también posee desventajas. Uno de los elementos que debe alcanzarse es el de la productividad, que la relación entre la tarea hecha y el tiempo utilizado sea el adecuado.
El rendimiento de la persona en casa tiene que ser eficiente y por este motivo deben dejarse a un lado todos aquellos factores que impiden que el trabajo se pueda llevar a cabo eficientemente.
Cada persona debe encontrar su manera de trabajar en casa, que tiene una serie de diferencias respecto a lo que supone hacerlo en la oficina, con distracciones propias que se encuentran en el hogar.
Para llegar a buen puerto en cuanto a objetivos, es necesario crear una serie de pautas para que la productividad sea relevante y se puedan completar las tareas laborales de forma fructífera para el trabajador y la empresa.
Consejos para ser más productivo
Si eres de los que se distraen con facilidad o de los que dejan el trabajo más laborioso o que menos gusta para el final, la opción más adecuada es crear unas reglas y unos hábitos que permitan que algunas prácticas negativas queden atrás y la jornada laboral en el domicilio tenga un rendimiento favorable, para cumplir con las metas marcadas y para que las horas no se acumulen excesivamente de manera diaria a causa de no ser suficientemente productivo.
Cuidado con las distracciones
Una de las cosas que más retrasan el trabajo es el tiempo que se pierde por las distracciones que se encuentran a nuestro alrededor. La mentalidad debe ser fuerte y decidida, por lo que lo más conveniente es acabar con este tipo de aspectos, por pequeños que sean y que aparenten ser diminutos.
Cuenta las veces que puedes pensar que una acción es solo un momento y se acaba alargando. Las interrupciones continuadas se tienen que acabar.
Uno de los grandes culpables es el teléfono móvil. Los estudios marcan que miramos más de 100 veces cada día la pantalla, aunque no se haya recibido ninguna llamada o alerta respecto a alguna novedad en las redes sociales en las que estamos integrados, ni ningún mensaje de Whatsapp o Telegram. Por este motivo es una buena idea apagar el Smartphone, o bien dejarlo en modo avión.
De esta manera no se recibe ningún tipo de mensaje y las distracciones se ven recortadas. La concentración es una acción imprescindible para ser productivo y solo sin elementos de distracción se podrá alcanzar de forma continuada.
Otro de los culpables es el correo electrónico. La cantidad de veces que se llega a mirar la bandeja de entrada por si ha llegado algún mail puede ser un problema. Lo aconsejable es limitar en gran medida las ocasiones que se consulta, ya que raras veces se recibe algo que es extremadamente urgente.
Igual que pasa con el teléfono, la gran mayoría de cosas pueden esperan y no requieren una inmediatez. Por lo tanto, se puede contestar después, porqué casi nada es suficientemente importante para que no puedas responder posteriormente.
Planifica un horario
No moverse de casa no significa cumplir con una serie de necesidades. Es importante marcar-se un horario del día para realizar las tareas. Está demostrado que es más eficiente definir una jornada laboral para no pasarse con las horas de trabajo y para ser más productivo.
Estructura el día, con las pausas incluidas. El teletrabajo lo permite, adaptándote a las necesidades de la empresa o a los clientes. También es necesario ser flexible por los imprevistos que puedan producirse.
Evita procrastinar
Procrastinar es retrasar voluntariamente la realización de una tarea o la toma de una decisión. El motivo no es otro que no apetece hacerlo, por el motivo que sea, o por el miedo al fracaso o las consecuencias que tendrán. Este tipo reacciones son normales, van con la naturaleza humana, y quien más y quien menos lo ha hecho alguna vez.
Pero debe evitarse y tener fuerza de voluntad, aunque esta si no se posee se tiene que ir trabajando con el tiempo. Además, cuanto más tarde a realizarse más tiempo la idea se encontrará en la cabeza y en el cajón mental de los temas pendientes, gastando parte de la energía personal.
Por este motivo es básico crear rutinas para aquellas tareas que no apetecen nada hacer. Hay diferentes aspectos motivacionales, como la regla de los dos minutos, que no es otra que todo lo que se pueda hacer durante este período, no se deje para más tarde y se haga inmediatamente. El alivio y la satisfacción cuando se termina es notable.
Si conlleva más espacio de tiempo, siempre se puede dividir por partes si así facilita las cosas. Tampoco deben buscarse vías de escape o actividades de huida, como estar pendiente del Whatsapp, las redes sociales o cualquier otra cosa, como ponerte a limpiar. Una vez conseguido, prémiate con algo que te guste, o simplemente con descansar.
Establece prioridades
Se trata de ser el máximo eficaz. Por lo tanto, se tienen que priorizar las tareas, empezando por las más importantes a las que lo son menos. Primero, por eso, se debe tener en cuenta si hay alguna que tenga carácter urgente, que pasará al primer lugar de la lista de prioridades de la jornada.
Es necesario estar concentrado en la mayor medida y dejar las labores más mecánicas para el final, cuando estés más cansado mentalmente. La organización propia es vital, así como tener autodisciplina. Siempre se tiene que tener en cuenta que si se trabaja en equipo tiene que haber una comunicación fluida con el resto de compañeros y adaptarse a las necesidades del momento.
Existe la necesidad de ser disciplinado, cumplir los horarios y los objetivos en les términos exigidos. Para ganar en efectividad lo adecuado es no convertirse en multitarea, lo que significa que no haya varios frentes abiertos. Lo aconsejable es centrarse en una única cosa, terminarla y ponerse a otra, siguiendo la lista de prioridades establecida.
Tampoco se debe querer abarcar en exceso, o el trabajo se irá acumulando. Cada uno sabe lo que puede hacer. Por lo tanto en este caso es preferible delegar i externalizar alguna tarea o servicio.
Hazte tu espacio para trabajar
El teletrabajo supone no moverse del domicilio propio. Esto tiene sus ventajas, pero también sus puntos en contra. Te ahorras el desplazamiento a la oficina, pero es importante encontrar un sitio apropiado para trabajar en casa, para diferenciar esta labor con el hecho de vivir en ese domicilio.
Este debe ser un lugar apropiado para concentrarse y desarrollar las tareas laborales, que permita que no se asocien conceptos tan lejanos como son el empleo con el del placer del hogar. Y más aún si se convive con la familia.
Todo dependerá de las dimensiones del piso y del espacio que se posea en las habitaciones. Siempre que se pueda, es aconsejable que el sitio en el cual se trabaje sea diferente del que se hacen otro tipo de actividades en casa.
Por lo tanto, nada de trabajar en el sofá o en la mesa del comedor. Se deben poner límites para diferenciar lo que es trabajo con lo que es la vida hogareña. Mentalmente es una buena ayuda para separar cada quehacer, aunque todo sea bajo el mismo techo.
Desconecta
Tanto es importante trabajar en las condiciones adecuadas, como tomarse pequeños descansos para despejar la mente, así como cumplir un horario. Las tareas deben cumplirse por objetivos. Una vez finalizadas se puede hacer un parón breve para tener un descanso mental y afrontar así otra parte de las tareas programadas.
Trabajar en casa significa estar muchas horas en el interior del domicilio, por lo que también es necesario salir de casa, como se realizaría en caso de desplazarse al puesto de trabajo. Pasear o ver a gente es positivo para acabar con la rutina doméstica laboral.
Es especialmente importante hacerlo si se han acumulado varios días consecutivos sin salir de casa, realizando un trabajo constante que ha necesitado grandes dosis de concentración. Para aclarar la cabeza después de jornadas encerrado en el domicilio es necesario salir a la calle, para que te toque el aire y la luz del sol se impregne en la piel.
Si estar muchas horas diarias delante de la pantalla no es bueno –aunque sea un hecho habitual– imagínate lo que significa hacer a lo largo de diversas jornadas consecutivas. Dejar el hogar durante algunas horas es positivo para recargar pilas y ganar en productividad.
Cuidado personal
No salir de casa no significa estar de cualquier manera. Y sobre todo si se mantienen videoconferencias, en las cuales debe preservarse una imagen para realizar las reuniones de trabajo. Es importante ya de buena mañana darse una buena ducha, vestirse con ropa cómoda y desayunar. Con el orden que se quiera.
Antes de empezar la jornada laboral en casa debe tenerse la cabeza despejada para empezar a trabajar. Comer bien es básico para tener energía y sentirse bien, así como evitar las tentaciones en forma de comida o bebida para no tener costumbres poco saludables.
Para ser productivo y eficiente el cuidado personal es vital. Es mucho tiempo el que se pasa en el hogar y es necesario hacer ejercicio para mantenerse bien. Se puede realizar en el mismo domicilio, o bien hacerlo en la calle o ir al gimnasio. El deporte libera endorfinas y estas reducen el estrés que puede producirse tras una jornada laboral, además de prevenir la ansiedad.