Todas las personas son diferentes y cada una tiene su estilo propio de funcionar. Cada uno actúa en base a la experiencia adquirida y las metas marcadas.
En el mundo laboral ser productivo es un elemento de medición de la eficiencia de la empresa y los asalariados para conocer los resultados que se han obtenido en un determinado espacio de tiempo.
Se tienen en cuenta diferentes factores, los recursos económicos y técnicos utilizados, el tiempo empleado y los resultados obtenidos.
La productividad laboral es importante para las empresas y las personas. Las tecnologías de la información y la comunicación y los nuevos modelos de las organizaciones permiten que el teletrabajo posea una eficiencia contrastada, y que sea un modelo que aporta agilidad a las estructuras de los equipos.
En el momento de trabajar en casa o en remoto hay hábitos que arruinan la productividad, por lo que estos deben desaparecer. Por el contrario, se deben crear prácticas positivas para ser eficiente y hacer más en menos tiempo. Y hacerlo bien. No se trata de trabajar más horas por estar en casa, sino de hacerlo mejor.
Cada individuo tiene que crear su propio estilo de productividad personal. No es necesario hacerse un test de personalidad para buscar la productividad en casa, pero sí adaptar la jornada laboral a cuando el rendimiento que realice sea superior y pueda gestionar mejor el tiempo.
El rendimiento se obtiene después de una planificación y en concentrarse en solo una cosa a la vez. El cerebro tiene que estar descansado para encontrarse en un estado óptimo, por lo que es vital dormir lo suficiente para tener niveles altos de energía y tomar descansos durante la jornada laboral.
Eliminar distracciones y la procrastinación son dos bases para alcanzar el éxito y encontrar las claves para ser feliz en el trabajo.
Cómo ser más productivo en el trabajo
Es necesario conocerse para encontrar el pico de productividad. Para alcanzarlo es esencial ser honesto consigo mismo. No sabotearse. Solo así se podrá descubrir cómo ser más productivo en el trabajo, elemento que aportará por su eficiencia un mayor crecimiento profesional y reconocimiento.
¿Qué necesito para trabajar?
Es lo primero que se tiene que tener en cuenta. En el momento que se empieza a trabajar desde casa o en remoto se deben tener todas las herramientas necesarias para realizar las tareas profesionales.
Forma parte todo aquello que te ayude a realizar tus funciones y cumplir objetivos a corto y largo plazo.
En este apartado cuenta el espacio de trabajo que se posee, que permita tener un confort durante la jornada laboral, y todos los dispositivos necesarios para una correcta comunicación, además de una buena conexión a internet.
Todos estos son elementos que se presentan como básicos para obtener los objetivos marcados por la empresa. También es esencial si se trabaja de forma independiente. Conjuntamente es preciso tener una metodología de trabajo para ser eficiente.
¿Tengo un buen sistema de trabajo?
Cuando se trata de trabajar en remoto es necesario crear unos hábitos y tener unas estrategias propias para estar centrado en las tareas profesionales. Cada actividad debe tener una intención y por este motivo tienes que crear una planificación para cumplir con todo.
Primero organízate, porque no puedes trabajar si tu vida está en desorden. Empieza por el escritorio. Si tu espacio de trabajo esta desorganizado no rendirás.
Después planifica un horario y un calendario. Sigue la planificación teniendo en cuenta todos los factores, especialmente si trabajas en equipo y se tienen que respetar plazos y realizar reuniones.
En un inicio este sistema puede tener fallos, pero seguirá una curva de aprendizaje hasta ser resolutivo y te aportará una mayor eficiencia.
¿Qué me interrumpe?
Los ladrones de tiempo son uno de los mayores culpables de la falta de productividad. Son todas aquellas interrupciones que provocan que dejemos de hacer en lo que estamos centrados.
En algunas ocasiones eres consciente que ocurren, pero en otras no y es cuando piensas que han pasado las horas y no has hecho nada de lo que tenías planeado. O muy poco.
Detecta todo aquello que detiene tu flujo de trabajo o te distrae. Llamadas, reuniones, correos electrónicos, mensajes, falta de decisión o problemas de comunicación son los más frecuentes.
Encuentra cuales te inciden de forma directa. Parece que no, pero las pequeñas distracciones se van sumando e inciden en el rendimiento.
Toma las riendas de tu tiempo, estableciendo unas reglas y unos límites bien definidos. Crea hábitos que no arruinen la productividad.
¿Necesito tener unos plazos bien marcados?
El tiempo marca la productividad. También un término de vencimiento. Los proyectos en equipo o individuales tienen plazos de inicio y finalización. Comprueba si cuando trabajas te sientes cómodo con esta delimitación.
Ayuda a ser más productivo tener plazos de entrega o finalización. Te marcas metas que se tienen que cumplir y no te puedes entretener, por lo que la organización y el conocimiento sobre lo que se hace y como se hace permiten que se cumplan sin demora.
Trabajar con concentración es la clave para tener un resultado exitoso y que no se produzcan incidencias, siempre intentando minimizar situaciones de estrés –aunque en ocasiones son ineludibles– porque si se acumula va en detrimento de la productividad.
¿Cómo saber cuándo soy más productivo?
Es una de las claves para llegar al pleno rendimiento. Se trata de trabajar de forma inteligente y para ello conocerse sirve para determinar cuando eres más productivo. Es una autoevaluación que permite saber cuándo tu grado de concentración es mayor.
Identifica cuáles son tus horas más productivas. Comprueba tus biorritmos. Hay personas que son más activas por la mañana, solo levantarse. Otras, en cambio, lo son más por la tarde o por la noche.
Descubre –si no es que ya lo sabes– cuando tu cuerpo y mente están más activos y cuáles son tus ciclos creativos. Se aconseja que las tareas más tediosas se realicen las primeras, porque a medida que va pasando el día se acumulan y las ganas por hacerlas van menguando.
Además, la fatiga y el cansancio se van sumando y la energía se reduce. Se consciente cuando la eficiencia se adapta mejor a ti y alejas la procrastinación.
¿Funciono bien en colaboración?
En los casos de trabajo en equipo es básico que las diversas partes que forman parte del engranaje de la organización funcionen correctamente para que se cumplan las metas impuestas.
Cuando se trabaja con equipos remotos la comunicación entre todos los implicados debe ser continua. Crear un buen clima de trabajo y equipo es básico para obtener los resultados esperados.
La contribución de cada uno es fundamental en las tareas que implican colaboración. Por esta circunstancia cuando la carga de trabajo sea elevada se debe comunicar, así como pedir ayuda a algún miembro del conjunto para solventar cualquier incidencia.
¿Necesito que me controlen?
Cada persona tiene una manera de desarrollar las tareas profesionales. En los equipos se encuentran diferentes roles y hábitos, y existen empleados que necesitan un control sobre lo que hacen, que puede servir de ayuda e impulso.
Por el contrario, otros son más disciplinados e individuales y no precisan esta supervisión. Son empleados proactivos en la toma de decisiones y capaces de ofrecer soluciones cuando se presenta un problema, además de ser resolutivos en sus funciones.
La productividad individual y organizacional se basa en unos parámetros para obtener unos resultados y un valor a la empresa y los clientes.
¿Cumplo mis objetivos?
Tener éxito laboral es una definición que cada uno tiene la suya particular. La consecución de un logro lo define uno mismo. Para unos es sentirse realizado, para otros ocupar un cargo o tener ciertas responsabilidades.
También hay quien lo basa en el salario que percibe. Cada uno pone sus propios baremos.
La productividad es importante para las organizaciones, pero también las sensaciones del empleado. Las metas a alcanzar tienen que ser realistas, porqué si no lo son la frustración marcará el estado de ánimo.
Cada persona asocia el éxito a unos objetivos. Estas metas se sitúan a corto, medio y largo plazo. Para cumplirlas se necesita motivación, responsabilidad, actitud positiva y confianza en si mismo.
¿Soy feliz con lo que hago?
Trabajar y ser feliz es posible. El estado de ánimo es determinante para tener en rendimiento correcto. No solo se debe tener en cuenta los objetivos profesionales, sino también los personales y lograr un bienestar.
La forma en la que te hablas a ti mismo es importante y debes ser consciente de cómo estás y cómo se te pasan las horas.
Para obtener una felicidad laboral entran en juego diferentes parámetros, como el salario, flexibilidad horaria, relación con los compañeros y los jefes, reconocimiento, beneficios sociales, recursos y estabilidad laboral y realización personal.
Malas situaciones en estos apartados y acumulamiento de estrés afectan directamente a la motivación.
Cuando se trabaja en casa, ya sea formando parte de un equipo dentro de una organización como si se hace en solitario, uno mismo tiene que valorar que le aporta aquello que está haciendo.