Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas mantener la casa fresca es primordial para tener todas las garantías de confort. Es un factor fundamental para vivir en el domicilio y hacer teletrabajo.
Son muchos los factores que convergen para marcar la temperatura y la sensación térmica en el interior del hogar. Hay elementos que inciden de forma directa, como los materiales de construcción del edificio, los aislamientos de paredes y techos, el diseño y la orientación.
Ten en cuenta también en que habituación tienes configurada la oficina en casa, porque hay estancias que son más calurosas por su posición y por cómo están orientadas respecto al sol.
La climatización es fundamental y tienes aparatos como el aire acondicionado o los ventiladores para luchar contra el calor sofocante, pero también hay otros métodos para conseguirlo y que la sensación en la vivienda sea agradable.
Existen sistemas para tener la casa fresca en verano hasta en los días más calurosos, que permiten combatir las altas temperaturas, aunque te encuentres en plena ola de calor.
Es imprescindible tener hábitos adecuados para conseguir el objetivo que el termómetro no muestre niveles elevados dentro del domicilio. Algunos de ellos son el de desarrollar hábito favorables al medio ambiente porque suponen un ahorro energético, ya que se produce un menor consumo eléctrico. Además te permite rebajar la factura de la electricidad.
Trucos para tener la casa fresca en verano
A continuación encontrarás consejos prácticos para enfriar una habitación calurosa y todo el hogar. Son trucos para mantener la casa fresca en verano a través de las ventajas que te proporcionan la tecnología, buenos hábitos diarios y sistemas de refrigeración naturales.
Enciende el aire acondicionado
El aire acondicionado es la opción más rápida y sencilla para que haya frescor en el domicilio durante el verano. Aunque también tiene un elevado coste energético.
Para enfriar rápido la vivienda cuando enciendas el aparato no ajustes el termostato a una temperatura demasiado baja, porque no conseguirás el objetivo y además gastarás más electricidad.
Procura que el aire que desprende no te toque directamente porque puede provocar un resfriado, dolor de garganta, neumonía, contracturas musculares y dolor de cabeza.
Utiliza ventiladores
Si no tienes aire acondicionado en el hogar una buena alternativa son los ventiladores. Además su consumo eléctrico es menor. Permiten que tengas la sensación que la temperatura desciende entre 3 y 5 grados.
Son aparatos que mueven el aire y este desplazamiento es el que proporciona una percepción de frescor. Si utilizas un ventilador portátil procura que apunte en dirección al exterior de la ventana abierta para que empuje el aire caliente hacia fuera de la estancia y el fresco se mantenga en el interior.
Para un ventilador de techo la mejor opción es que gire en sentido contrario a las agujas del reloj, porque esto hace que traslade el aire caliente hacia arriba.
TRUCO: Si quieres que el ventilador refresque casi como si fuera un aparato de aire acondicionado existe un truco fácil. Pon delante de las aspas un cuenco repleto de hielo. Cuando pones en marcha el dispositivo notarás como el aire que produce es frío.
Ventila la casa por la mañana
Por razones de salud es importante ventilar la casa y que corriente corra por la vivienda. Las habitaciones tienen que estar aireadas, no solo por cuestiones ambientales, sino también higiénicas. Esta acción que debe hacerse cada día permite que el ambiente no está cargado, evita los malos olores y también las humedades.
El mejor momento para hacerlo en cualquier época del año es por las mañanas. Así de esta manera recargas con aire nuevo el domicilio cuando empieza la jornada. En verano todavía más, porque es cuando el termómetro señala las temperaturas más bajas.
Vienes de la noche, el sol todavía no está en su máximo esplendor del día y puede soplar una ligera brisa. Ventila durante un mínimo de 10 minutos. Si la sensación térmica es elevada cuando vuelva a hacerse de noche puedes volver a hacerlo.
Cierra las ventanas
Aunque parezca contraproducente, es un método que garantiza que todo el calor que se produce en el exterior del edificio no entre a ninguna de las habitaciones. Además permite que no se escape el frescor del interior.
Facilita la corriente de aire
Procura que la casa no se mantenga hermética, que no quede cerrada. Si tienes ventanas en diferentes fachadas puedes mantener abiertas la que dan a la sombra. Así facilitas que haya corriente de aire, con las puertas abiertas para que corra libremente por todas las habitaciones de la vivienda.
Combínalo estratégicamente. Cambia las que tienes abiertas y cerradas durante el día a medida que cambie la posición del sol.
Duerme con las ventanas abiertas
Durante la noche es cuando las temperaturas son más bajas. En algunos lugares en verano hasta refresca cuando el sol desaparece. Aprovecha para dejar las ventanas abiertas al dormir, porque además de refrescar el ambiente permitirá ventilar la vivienda.
Ten en cuenta la presencia de mosquitos y pon una mosquitera en las ventanas que permanecen abiertas durante la noche. Si no es el caso procura tener enchufado un repelente de mosquitos o utiliza uno natural.
Aislamientos de calidad
Los aislamientos en ventanas y balcones son un elemento de suma importancia en cualquier periodo del año. Son indispensables para mantener la temperatura del interior de la casa, para que no se escape calor en los meses más fríos y que en los calurosos haya frescor en el hogar.
Comprueba que los cerramientos sean de calidad y estén en buen estado para que no se produzca ningún escape ni entre calor del exterior. Los aislamientos térmicos valen la pena porque posibilitan tener ventanas energéticamente eficientes.
Baja las persianas
En las habitaciones de la vivienda donde toque la luz del sol directa baja las persianas. Ayuda enormemente a que el calor no sea tan intenso. Se estima que esta simple acción hace que la temperatura sea 6 grados menor que si estuvieran hacia arriba.
Durante el día puedes ir subiendo y bajando persianas a medida que el sol vaya haciendo su recorrido hacia el oeste y toque en ventanas o balcones diferentes del hogar.
Instala toldos
La instalación de toldos en las ventanas donde dan los rayos del sol directamente permite crear sombra y que el sofoco en el interior no sea tan elevado. Esta situación conlleva a que se produzca un ahorro energético destacado.
Corre las cortinas
Una buena manera de frenar la luz directa solar es la utilización de cortinas en ventanas y balcones. Procura que sean espesas y con colores claros, que son las tonalidades que mejor repelen el calor.
Guarda las alfombras
Hay elementos decorativos en el hogar que son útiles en invierno, pero que en verano impiden que en el interior haya más frescor. Las alfombras y tapices durante estos meses es mejor guardarlos y volverlos a sacar para la temporada de frío.
Enciende solo las luces necesarias
Cualquier fuente de luz es un foco de calor. Por lo tanto, trata de mantener abiertas tan solo aquellas luces que necesitas, las que son imprescindibles en ese momento para tus tareas. Siempre que puedas utiliza antes la luz natural que la proveniente de una bombilla o un fluorescente.
Además de ser una medida ecológica es una de las medidas para ahorrar en la factura de la luz. Ten en cuenta que las bombillas LED emanan menos calor, son de bajo consumo y proporcionan mejor iluminación que las bombillas incandescentes tradicionales, que son ineficientes.
Coloca plantas de interior
Las plantas de interior refrescan el ambiente, además de crear un entorno saludable por sus capacidades para purificar el aire y convertir sustancias tóxicas en oxígeno. La vegetación, con hojas verdes y grandes, aporta un frescor natural al ambiente y generan humedad.
Además proporcionan una sensación de relajación, mejoran el estado de ánimo y son un elemento decorativo en el hogar.
Colocación de los muebles
Es importante la disposición de los muebles en cada habitación del domicilio. Primero porque pueden interponerse en la circulación del aire por el interior de la vivienda. Por este motivo es importante que el mobiliario no se interponga y no bloquee las ventanas y las rejillas de ventilación que hay en la pared.
Tampoco es aconsejable colocar muebles al lado o debajo de una ventana donde toca la luz directa del sol, porque lo que hacen es acumular calor.
Escoge muebles claros
Si el domicilio está en una ubicación soleada es preferible optar por los muebles de colores claros a la hora de decorar las habitaciones. El mobiliario con tonalidades oscuras retienen el calor.
En la elección para componer las estancias, por el mismo motivo, es mejor comprar muebles de madera antes que metálicos.
Desconecta los aparatos eléctricos
Los aparatos eléctricos aunque estén en stand by emanan calor. Por este motivo cuando no los utilizas debes apagarlos del todo y hasta desenchufarlos para que no consuman nada de energía.
Cualquier electrodoméstico que no necesites tener encendido, como la nevera, es mejor tenerlo apagado para que no haga el ambiente más caluroso.
Evita poner el horno
El horno es una fuente de calor muy importante, porque en su interior las temperaturas son muy elevadas para cocinar los alimentos. Por este motivo siempre que sea posible no lo enciendas y piensa en otro tipo de platos para comer. En verano apetecen comidas más frescas y ligeras.
Enciende el extractor de la cocina
Es un sistema que poco se conoce pero es efectivo. Una campana extractora tiene como función succionar el aire. Su misión principal es la de extraer el humo y el vapor que se produce cuando cocinas, para que no se produzca humedad ni malos olores.
Pero también sirve en días con temperaturas elevadas para extraer el aire caliente del interior de la vivienda y llevarlo hacia el exterior.
Friega el suelo
Para refrescar el hogar una buena idea es fregar el suelo con agua fría. Además de dejarlo bien limpio permite enfriar el ambiente. Es especialmente recomendable para las noches de canícula. Hacerlo en el dormitorio antes de ir a dormir ayuda a tener un buen descanso.
¿Cuál es la temperatura ideal para estar en casa?
El Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la energía (IDAE) indica que la temperatura ideal para tener en casa durante el verano debe ser de unos 26 grados. Esta medida de climatización en el domicilio tiene que ir acorde con la ropa que lleves, que se debe ajustar a cada estación. En periodos de calor la vestimenta debe ser cómoda y transpirable.
La temperatura de confort en invierno en el interior de la vivienda tiene que estar entre los 19°C y los 21°C. Por la noche puede ser de entre 15°C y 17°C para dormir. En todos los casos lo más saludable es que no exista una diferencia de temperatura que supere los 12 grados respecto al exterior.