Una mujer trabaja con el ordenador portátil estirada en una silla en la playa

16 falsos mitos sobre el teletrabajo

Alrededor del teletrabajo existen percepciones muy alejadas de la realidad. Unos lo idealizan, mientras que otros se muestran especialmente escépticos.

La verdad es que tiene una larga lista de ventajas y es todo un reto para la estructura de las organizaciones, que deben facilitar el soporte necesario en los procesos y dispositivos para asegurar la productividad.

La tecnología permite trabajar a distancia con toda comodidad, con canales de comunicación que posibilitan una gestión correcta y mantener las relaciones interpersonales.

Las personas que nunca han ejercido esta modalidad de empleo muestran confusión en algunas de sus impresiones, con afirmaciones que se extienden que no se ajustan a la verdad.

Falsas creencias sobre el trabajo remoto

El teletrabajo es un modelo que asegura el rendimiento y facilita la comunicación y colaboración, aunque se producen apreciaciones erróneas sobre el funcionamiento, los resultados y los empleados que lo desempeñan.

Trabajan poco

No se controla de la misma manera a una persona que está trabajando en una oficina que desde su casa o en cualquier otro lugar. No se tiene tanta percepción de las tareas, se pierden aspectos del proceso y que está haciendo en algún momento en concreto.

Las personas escépticas a estar en remoto piensan que estas trabajan mucho menos que alguien que está presencial, aunque muchos teletrabajadores se quejan que lo hacen más, a pesar que pueden tener horarios más flexibles.

El hecho de estar a distancia no significa que el flujo de trabajo y los resultados sean inferiores.

Falta de productividad

Se dice que no son productivos, que pueden perder el tiempo fácilmente y que se sienten menos motivados. Existe la percepción que están en un entorno más relajado y con muchas distracciones en el domicilio, además de no estar controlados en todo momento, que afecta de manera directa a su rendimiento.

Los estudios demuestran que los trabajadores en remoto son más productivos que los presenciales. Se pueden organizar para ser más eficientes y se ahorran el viaje a la oficina, que en muchos casos supone una gran cantidad de tiempo cada día.

Tener herramientas de comunicación y colaboración proporciona efectividad. Además estar en remoto también permite ser más creativo y las empresas reducen costes. La presencialidad no garantiza la productividad.

No hay una comunicación fluida

Hay herramientas de comunicación y colaboración para reunirte, hablar, hacer presentaciones y enviar archivos que hacen que la conexión con el resto del equipo y el intercambio de ideas sea constante durante la jornada laboral. En ciertas ocasiones hasta puede ser más eficaz una comunicación online.

Es necesario adaptarse si hay trabajadores en diferentes zonas horarias, superar las barreras que puedan aparecer y saberse desarrollar con la comunicación asincrónica.

Trabajan en pijama desde la cama o el sofá

Está presente la imagen que no llegan a levantarse ni de la cama, o como mucho para ir al sofá. Abren el portátil desde estos lugares y es donde trabajan, sin la necesidad de vestirse y yendo todo el día en pijama. Siempre puede haber alguien que actúe de esta manera, pero no es nada común.

Las normas de productividad marcan que es necesario vestirse de forma cómoda para trabajar desde casa y rendir durante la jornada laboral, con costumbres similares a si fueras a la oficina. Además debes estar presentable para las videoconferencias.

Una mujer que hace teletrabajo escribe en pijama en el ordenador portátil que está en su regazo

Trabajan desde cualquier lugar

Si bien es cierto, no es tan idílico. Está lleno de ejemplos que causan envidia, con fotos con el ordenador portátil en una playa. Debes tener en cuenta que la arena se cuela por todos los sitios y estropea el laptop, por no decir que pasa si se moja. Además es incómodo.

Los trabajadores en remoto buscan sitios con el mayor número de comodidades y que tengan una buena conexión a internet.

Libertad de horarios

Es un aspecto que depende del flujo trabajo. Si dependes de una empresa lo más seguro es que mantengas un horario de jornada laboral de 8 horas con las mismas características de inicio y final de la jornada que en una oficina.

Un elemento a vigilar por parte de los gestores de equipos es controlar cuando haya miembro en diferentes usos horarios para no hacerlos trabajar en horas intempestivas.

Son personas solitarias

Es un pensamiento que aparece porque no están en una oficina llena de personas, pero aun así se mantienen conectados con sus compañeros y pueden socializar con ellos.

Están comunicados en todo momento a través herramientas de videoconferencia, llamadas de teléfono, chat, correo electrónico o mensajería instantánea.

La tecnología permite que mantenerse visible, ser colaborativo e interactuar con las personas, tanto en comunicaciones, reuniones como en actividades virtuales.

Además valoran otras cosas, como la vida familiar, adaptar los horarios y no tener que desplazarse. También pueden trabajar desde cualquier lugar, estar con gente y relacionarse, como trabajar desde una cafetería o un coworking.

Se sienten excluidos

Los trabajadores no deben sentirse excluidos y la empresa debe tomar medidas para que no ocurra. Evitar el aislamiento de información para que no desaparezca la motivación.

Hay herramientas para que no pase y se mantengan las relaciones laborales fluidas entre compañeros y jefes. Los administradores de equipos deben cuidar este aspecto.

Estar a distancia no significa que estas personas no se integren lo suficiente y no tengan interacción. Además en una oficina llena de gente también uno se puede sentir excluido.

No se puede hacer en remoto

La tecnología permite que muchas funciones se puedan realizar a distancia, aunque tradicionalmente no se haya desarrollado de esta manera.

Siempre existirán trabajos presenciales pero muchos se pueden llevar a cabo en remoto. Se asocia a que ciertas tareas no se pueden hacer fuera de la oficina, aunque algunas sí que exigen presencialidad.

No se puede gestionar un equipo remoto

La percepción es que como no están delante físicamente no lo hace posible. No se les puede monitorear correctamente y que por consiguiente todo el equipo rinda de la manera adecuada, dificultando la toma de decisiones.

Esta es una impresión que se encuentra muy lejos de la realidad. En el teletrabajo hay supervisión y se necesitan personas que sepan autogestionarse y tengan capacidad para resolver problemas ellos mismos.

Hay canales de comunicación y colaboración para alcanzar los objetivos y administrar las tareas de todos los empleados para que el flujo de trabajo sea el adecuado.

Es solo para equipos pequeños

Si se considera que es difícil dirigir un equipo remoto, todavía más si es grande. Piensan que con menos gente y personas para gestionar se hace menos complicado, con unas reuniones más eficaces. Pero está demostrado que no tiene que ser así.

Además, los equipos se pueden dividir y solo participar en reuniones las personas necesarias. Con una colaboración correcta la funcionalidad del trabajo es como el modelo presencial.

Se necesita tecnología avanzada

Existe la impresión que para trabajar en remoto se usan equipos caros, software de última generación y se debe estar a la vanguardia de la tecnología.

La verdad es que se utilizan ordenadores de sobremesa y portátiles de uso doméstico y las herramientas en muchas ocasiones son gratuitas. Cualquier usuario las puede descargar fácilmente o utilizar online.

Está claro que también se pueden usar dispositivos y herramientas más sofisticados. Tampoco es necesario ser un experto tecnológico, aunque debes tener conocimientos digitales.

Un hombre que hace teletrabajo observa los datos que se muestran en la pantalla de su ordenador

Es un privilegio

No debe tomarse de esta manera, que algunos empleados tengan el privilegio para estar en remoto. Es una relación de mutua confianza entre el trabajador y la compañía, para que la productividad no se vea resentida y que las tareas se hagan en su máxima expresión.

Es una oportunidad valorable y eficiente para las personas que tienen unas características concretas y que sus funciones se puedan realizar a distancia.

Acaba con la cultura y valores de la empresa

Algunos piensan que el teletrabajo hace que los empleados se sienten menos integrados en comparación a los presenciales, que no participan de igual manera y tienen una forma diferente de trabajar que el resto, que fomenta que no se siga la cultura de la empresa.

Está demostrado que se puede hacer comunidad a través de internet, como se ven en las redes sociales y los grupos que están integrados en ellas.

Con la empresa es lo mismo, hay herramientas para hacerlo y la comunicación puede ser constante para que no se pierda este vínculo. Los líderes deben cuidar que no pase, con políticas empresariales para fomentar el compromiso

Todo el mundo quiere hacer teletrabajo

Los beneficios que tiene hace que sea muy atractivo y que muchas personas quieran realizarlo, pero también hay que prefieren no hacerlo, para salir de su entorno del hogar, la necesidad de estar rodeado de personas o estar integrado en un equipo todos en un mismo lugar. También les parece más productivo.

Es gente que no sabe o no quiere autogestionarse y evita ser autónoma. También hay personas que no se sienten cómodas participando en videollamadas, o no están confortables en un entorno digital.

No es un trabajo serio

Consideran que no se pueden ejercer ciertas funciones importantes porque no estás presente en una oficina, cara a cara con jefes y compañeros. Lo ven como puestos poco cualificados o para realizar a tiempo parcial, sin cumplir una jornada laboral entera.

Esta idea se encuentra muy lejos de la realidad porque en remoto se incluyen puestos de alta responsabilidad y con sueldos elevados, y por supuesto de jornada entera.

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